Crecimiento para todos

Cataluña ocupa la actualidad informativa de manera abrumadora en los medios de comunicación y en las tertulias políticas. Es lógico porque el problema territorial con Cataluña es muy grave. Pero esta realidad termina tapando cuestiones importantes que también afectan y preocupan a millones de familias en España.

Hoy quiero señalar el debate que existe, aunque poco conocido, en torno a la necesidad de resolver las desigualdades salariales y los bajos salarios en nuestro país, que han sido elementos muy afectados por la crisis económica en los últimos años.

Las cifras macroeconómicas indican una paulatina recuperación de la economía global y también del empleo como consecuencia de muchos factores; uno de ellos es el de la precariedad laboral y los bajos salarios.

Millones de trabajadores no llegan a final de mes y cerca de cuatro millones están en paro (una gran mayoría, jóvenes) por lo que deberían ser ellos el objetivo prioritario de la política económica y laboral del Gobierno.

Al igual que los sindicatos, el PSOE ha lanzado una propuesta de pacto de rentas para tratar de centrar el debate en torno a medidas que mejoren el poder adquisitivo de los trabajadores, complementando acciones continuas que permitan generar mejor protección al desempleo y creación de empleo.

La reforma laboral del PP tuvo entre otras características la eliminación de la negociación colectiva para debilitar a los sindicatos y a los trabajadores en un momento donde el Gobierno apostó por la bajada de salarios, el abaratamiento del despido y la precarización del mercado laboral como elementos clave para mejorar la competitividad.

Las consecuencias han sido muchas y entre ellas salarios bajos y, por tanto, más pobreza relativa entre los trabajadores, aumentando las desigualdades. Bien haría el Gobierno en atender la agenda social que proponen sindicatos y PSOE para asegurar que la recuperación llegue a todos subiendo el salario mínimo a 1.000 euros antes de 2020 y mejorando los salarios del resto de trabajadores para recuperar el terreno perdido en la crisis. Es importante para avanzar en bienestar, cohesión social y convivencia. Valores todos ellos necesarios para alcanzar una sociedad desarrollada.

No es razonable que seamos uno de los países con mayor crecimiento mientras millones de trabajadores no llegan a final de mes. Y en este contexto, debe haber atención preferente a jóvenes y parados de larga duración mayores de 50 años. Esta es la tarea más importante en estos meses, además de Cataluña.