Además de haber sido un éxito la celebración de la cumbre de la OTAN en Madrid con una organización impecable y excelente por parte de España, hay que señalar que su contenido y los acuerdos adoptados merecen una reflexión muy atenta.
De manera unánime los miembros de la OTAN han aprobado la ampliación de sus estructuras con la incorporación de Finlandia y Suecia o el incremento de los recursos para defensa en los próximos años. Y han reiterado a Moscú su posición contraria a la invasión de Ucrania comprometiendo el envío de mas ayuda militar al Gobierno ucraniano.
Pero el asunto de fondo es que estamos en una situación de enorme inestabilidad e incertidumbre y en una escalada militar causada por la decisión de Putin de invadir Ucrania y por sus amenazas al entorno de la Unión Europea, que nos lleva a un tiempo muy preocupante en el que las autoridades de la OTAN no descartan casi ningún escenario.
Hay que estar preparados para casi cualquier situación y lo que está más próxima es la posibilidad de tener que sufrir restricciones en todo aquello derivado del uso de energía: los combustibles, la electricidad o el gas pueden ser tan escasos y costosos que tengamos que vivir situaciones de grave dificultad. Preparar un plan de emergencia será absolutamente imprescindible.
El otoño y el invierno pueden ser duros y esperemos que la escalada bélica no lleve a escenarios de extensión del conflicto bélico al interior de la Unión Europea. La respuesta de la OTAN en Madrid pretende precisamente evitar eso con un mensaje de unidad y fortaleza que pretende ser disuasorio.
Mientras tanto, la pésima evolución de la inflación tanto en España como en el resto de Europa con un efecto catastrófico de empobrecimiento real incluso a muchos que trabajan con contratos estables, debiera llevar en nuestro país a un pacto de rentas entre empresarios y sindicatos.
Ello, junto a una política gubernamental con acciones de protección social a los sectores más desfavorecidos, debería permitir un reparto equitativo de las cargas y los sacrificios que (sin duda) vamos a sufrir en los próximos meses. Sigo diciendo que son tiempos de grandes liderazgos.
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