Suele ser habitual que, en esta época de fin de un año e inicio de otro año nuevo, expresemos deseos que querríamos ver cumplidos en el devenir de los 12 meses aún por llegar.

Llegados a este punto hay una coincidencia general en aspirar a que la salud sea una realidad en nuestras vidas porque, es evidente, que sin salud es imposible tener una vida plenamente satisfactoria. La salud es la condición necesaria (aunque no suficiente) para la felicidad humana.

La salud depende en parte de procurar estilos de vida saludables que quedan más al alcance de nuestra voluntad pero, por otra parte, la salud depende de disponer de un buen sistema sanitario público que pueda ejecutar con eficacia sus acciones de protección de la salud de la población general y ofrecer los servicios necesarios a cada persona cuando padece cualquier tipo de enfermedad.

El deterioro objetivo que la sanidad pública está sufriendo es un asunto se enorme gravedad que requiere un abordaje riguroso con el despliegue de medidas eficaces que permitan recomponer la accesibilidad y la calidad en los niveles que nuestra sociedad merece.

Por lo tanto, este es un primer deseo que quiero formular de manera explícita en el inicio del nuevo año. La sanidad pública es una herramienta clave para la cohesión social y para la igualdad efectiva. Es una inversión sociablemente rentable a todas luces.

Todos los esfuerzos para hacer posible la solución a los problemas de acceso y las insuficiencias actuales del sistema sanitario serán pocos. Y habría que hacerlos con enormes dosis de consenso y participación, para hacer posible que el sistema sea de verdad un sistema de todos y para todos.

Hay muchos más deseos para 2023 en mi lista pero no quiero dejar de señalar que conviene trabajar seriamente para mantener y mejorar la convivencia tanto en el ámbito de la política, como en la vida cotidiana. La convivencia capaz de aceptar las diferencias de opinión personal y colectiva es uno de los fundamentos para un mundo mejor. Y, por supuesto, no seamos indiferentes a las guerras y a las desigualdades porque ambos asuntos solo traen miseria y catástrofe.

Puede que me haya quedado una carta a los Reyes Magos un poco cursi e idealista pero, a pesar de eso, creo que formo parte de lo que quiere la inmensa mayoría de la sociedad y pienso que grano a grano es más fácil conseguir objetivos ampliamente compartidos. Feliz 2023.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios