Elegir la lluvia

El objetivo final es que en Granada haya, en 2025, un árbol por cada tres habitantes

Hacia mucha falta la lluvia. Aunque en la ciudad la falta de lluvia sea menos dolorosa, la realidad es que si no hay agua, la vida cotidiana se vuelve más ingrata y eso lo nota todo el mundo.

Habrá, hay, quien se queja de estas lluvias a la vista de cómo están nuestras calles y plazas, llenas de hojas amarillas, habrá quien opine que maldita la gracia de tanto golpe de agua. Que a qué espera el servicio de limpieza municipal para barrer toda esa hojarasca.

Porque, aunque nos declaremos ecologistas y mostremos preocupación por el cambio climático y nuestra huella de carbono y demás, lo cierto es que queremos pasear sin riesgo de mancharnos o caernos, ver nuestras calles limpias como una patena.

En medio de este temporal de lluvia tan deseado, el ayuntamiento de Granada ha presentado dos iniciativas que buscan mejorar la calidad del aire. De un lado, el proyecto 'Granada Respira' que incluye cinco parques periféricos y un gran lago, plantación de árboles y lucha contra el cambio climático y se financiará con 3,2 millones de euros de los fondos Next Generation. Para un ayuntamiento que sigue en modo intervención de la Hacienda Pública gracias a los desmanes urbanísticos y demás de un gobierno municipal del PP es un importante esfuerzo. Pero intervenir en unos 100.000 metros cuadrados de terreno que generen un cinturón verde a modo de pulmón, bien vale ese esfuerzo de 1,5 millones de euros municipales. El objetivo final es que en Granada haya, en 2025, un árbol por cada tres habitantes.

Con ese mismo espíritu, dejar de lado la idea de jardines ornamentales y potenciar la visión biológica y ecológica de esos espacios, se ha presentado también una segunda iniciativa: la transformación de las llamadas 'plazas duras' (esa moda urbanística que no debería haber entrado en las ciudades del sur de Europa) en espacios verdes y amables, donde sea agradable pasear en invierno y disfrutar de la sombra en verano. Para ello, se van a ir llenando dichas plazas de macetas, pérgolas, plantas arbustivas y trepadoras,…en total unos 800 árboles distribuidos por toda la ciudad.

Árboles con hojas que darán sombra en verano y caerán al suelo en otoño, tapizando las aceras. El ciclo de la vida, imparable. La ciudad, llena de naturaleza y, a veces, un poco menos aséptica.

Al final, quizá sea necesario priorizar la calidad del aire a la limpieza, la salud a la comodidad, la sostenibilidad a la estética. Al final, mejor elegir la lluvia.

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