Gran Simio

ETA es historia, pero Franco y José Antonio andan pegando tiros por las esquinas. Y lo dicen tan campantes

Uno de los peores efectos de la polarización política es que impide todo juicio racional. Cuando el enfrentamiento es a garrotazos, cuando hay que eliminar al adversario como sea, cuando le negamos al oponente político el simple derecho a existir, uno se integra en un grupo que funciona como una secta extravagante –tipo los Raelianos o la Orden del Templo Solar– y acepta sin rechistar todo lo que hagan y digan los suyos. No hay posibilidad de la menor crítica.

Lo hemos visto estos días con el asunto de los 44 candidatos de Bildu que han sido condenados en el pasado por su relación con ETA (algunos con varios asesinatos sobre sus anchas espaldas, por cierto). Pues bien, un ilustre propagandista de Pedro Sánchez nos ha dicho que no había que preocuparse. En absoluto. “ETA es historia –nos ha dicho el buen hombre–. Todos estos condenados han saldado sus deudas y pueden participar en las elecciones. Es un triunfo de la democracia”. Vale, sí, lo aceptamos. Pero el problema es que esos candidatos nunca se han arrepentido de lo que hicieron ni han pedido perdón a sus víctimas. Eso, lo primero. Y segundo, ese mismo propagandista se desgañita contra Franco y la Falange, que según él están muy vivos y no son historia porque en realidad guían los pasos de toda la derecha de nuestro país, que como todos sabemos se divide en tres clases: la extrema derecha nazi, la extrema derecha fascista y la extrema derecha más extrema que hay a la derecha de la derecha más extrema. Es inaudito. ETA está muerta y enterrada, pero Franco y José Antonio andan pegando tiros por las esquinas. Y lo dicen tan campantes, pensando que somos idiotas. Y lo somos, sin duda. Pero ¿tanto, tanto?

Hagamos un poco de política ficción. Si algún día Pedro Sánchez moviera los hilos para que un chimpancé ocupara la presidencia del Tribunal Constitucional –espero no dar ideas–, enseguida saldría un devoto del sanchismo a darnos una explicación de tan noble y necesaria medida. “Esta histórica decisión –nos diría el propagandista– es un triunfo de la democracia. Por primera vez en la historia, los Grandes Simios han conseguido dejar de ser víctimas de la especie humana. Estamos ante un avance trascendental que marcará un antes y un después en la historia universal”. Apuesto lo que quieran a que sería así. Hay cosas tan fáciles de imaginar que hasta dan risa.

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