La Granada del conocimiento

Hace pocos años nadie podía pensar que el futuro de Granada fuera la industria del conocimiento. Aun siendo conscientes del potencial de nuestra universidad, costaba entender que ese conocimiento podía transferirse al tejido empresarial y que Granada tenía casi todas las condiciones, con el hándicap de las comunicaciones aéreas y por ferrocarril, para convertirse en un gran centro de empresas tecnológicas. En la actualidad, nadie lo discute. Todos sabemos que uno de los grandes motores de Granada y su área metropolitana es el desarrollo empresarial vinculado a la tecnología en sus distintas formas. Primero fue el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud, al que le costó arrancar pero hace tiempo que se quedó sin espacio. El presente lo constituye la Ciudad Industrial, Tecnológica y Area de Innovación (CITAI) de Escúzar, con el gran proyecto mundial del acelerador de partículas. El consorcio IFMIF-Dones ya no es un proyecto sino una realidad, con obras en marcha y todo preparado para empezar a funcionar. El próximo 16 de marzo será un día histórico para Granada pues la ministra de Ciencia, Diana Morant, ha convocado aquí a los quince países que participan en el consorcio para constituir el comité que deberá gestionar una inversión de 800 millones de euros desde este mismo año. Pero hay que continuar con nuevas ideas y proyectos. Una vez que el acelerador de partículas ya es presente hay que seguir construyendo el futuro. Y en ese futuro tiene una especial relevancia la recuperación de la antigua tabacalera para crear un nuevo parque empresarial tecnológico en virtud del acuerdo firmado el pasado viernes por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con el alcalde la ciudad, Paco Cuenca. Se trata de facilitar espacios bien acondicionados para que se ubiquen en Granada más empresas tecnológicas, que generan empleo y desarrollo. De esta forma, desde todos los puntos cardinales, Granada se convierte en la ciudad de la ciencia y la tecnología.

Hay también otra Granada que añora los tiempos en que esta ciudad era noticia por los líos urbanísticos; cuando parecía que quienes la controlaban atendían a sus intereses particulares antes que al bien común. Sin duda, algunos quieren que vuelva esa forma de entender la ciudad, incluso están dispuestos a gastar el dinero que sea necesario para conseguirlo. Sin embargo, creo que la mayoría de la ciudadanía salió muy hastiada de la Granada del pelotazo, aunque pusieran estatuas y banderas, mientras valora el presente de la Granada del conocimiento y el futuro que se abre con ella.