Granada cautivó a Europa con un fulgor inusitado en la cumbre de jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea, celebrada recientemente. La Recepción de nuestro presidente, al resto de mandatarios europeos en el Patio de los Arrayanes, a la caída de la tarde de un día caluroso de octubre, ha encandilado al mundo y ha servido para lanzar la imagen de Granada como la de una ciudad con encanto, cosmopolita y universal. Nuestra imponente ciudad, su rico patrimonio cultural, histórico y monumental, ha hecho brillar sobremanera este atípico periodo de la presidencia de turno de España en la Unión Europea. A pesar de los inconvenientes para la ciudadanía, por los cortes de tráfico y las restricciones a la movilidad, necesarios para garantizar la seguridad de esta reunión, los granadinos nos hemos sentido protagonistas del evento, pese a que ninguno de nuestros representantes local ni regional fuera invitado a la cena informal de la recepción en la Alhambra.

La imagen de nuestra ciudad Milenaria, encrucijada y modelo de convivencia de distintas culturas, gracias a este hito, ha dado la vuelta al mundo y ha potenciado la pretensión de sus habitantes de conseguir una Granada turística, ciudad de congresos con proyección internacional. Por unos días, obviamos el olvido al que nos han tenido sometido, los gobiernos centrales y autonómicos de distinto signo político, dejando una Andalucía Oriental aislada, pese a los avances imparables de algunos medios de comunicación como el AVE, que ha relanzado sumamente a ciudades como Málaga y Córdoba.

Cuando se organiza un congreso en Granada, uno se da cuenta de las carencias en las comunicaciones de nuestra bella ciudad. Trenes que solo conectan con Madrid o Barcelona, AVES casi tan lentos como algunos Talgos convencionales, vuelos suspendidos que no son capaces de comunicar la ciudad con la capital en los horarios más críticos como son, la primera y última hora del día y cierre del aeropuerto antes de las 12 de la noche. Todo ello obliga a emplear mayoritariamente la carretera para entrar o salir de nuestra ciudad. Por tanto, creo que llegó el momento de reivindicar y reclamar, de una vez por todas, unas conexiones dignas y acordes con una ciudad que cuenta con dos de los monumentos más visitados del mundo como son “La Alhambra y el Generalife”, declarados patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO, al igual que nuestro antiguo barrio del Albaicín.

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