Hagan juego señores... porque no va más

AL igual que en los más afamados casinos de Las Vegas o Montecarlo ha llegado el momento de escuchar al croupier decir lo de "no va más" antes de que la ruleta marque con perversa frialdad el número que gana y cuáles pierden. En las manos de muchos jugadores, sudorosos, angustiados y temblorosos, sólo queda una ficha, de las muchas que atesoraban al inicio de la noche. Una mala administración, una dejadez inoportuna, carencia de la atención adecuada y una alegría suicida cuando la cosecha era rica, les han llevado al borde del precipicio. ¿Qué pasará? Posiblemente lo peor posible… aunque tal vez la diosa fortuna se apiade de su desazón; pero si la guillotina cae con certeza cortando cabezas no culpemos al último giro de la colorida ruleta de nuestros males… que son fruto, exclusivamente, de nuestros pecados.

Así están Valladolid y Granada. Con la soga al cuello. El pensamiento que recorre con la velocidad de la luz los cerebros en los momentos críticos levanta el vello hasta a los más tranquilos. En momentos así surgen las paradojas: sería curioso que uno o los dos equipos que en el curso liguero hicieron doblar la rodilla al todopoderoso Barcelona cuando recibieron su visita pudieran acabar, cogiditos de la mano, en Segunda. ¿Qué hacer?, se preguntan los rojiblancos… Simplemente marcar un gol más que los pucelanos y consolarlos al final del choque. ¿Qué hacer?, se cuestionan los castellanos… Intentar ganar a su rival y rezar mucho para que el Osasuna no consiga la victoria en El Sadar sobre el Betis, inquilino casi antiguo ya de la categoría y que para colmo de males han visto a su enemigo capitalino hispalense proclamarse campeón europeo.

Termino con una premonición y con un ruego. La primera, que la próxima temporada el Granada volverá a ganarle al Barcelona en Los Cármenes, y el segundo, que nadie recuerde la fecha del 16 de mayo de 1976, en una capital aragonesa. Está prohibido.