Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Hoy es 28-F

La históricamente constatada creación artificial de Andalucía no puede seguir destruyendo el presente y el futuro de Granada

Hoy es 28-F, y ya van 43 con este régimen andaluz que con ahínco se encarga de que no olvidemos el día de la falsa patria andaluza. Pero este año, como novedad, tenemos también a la Universidad de Granada con la bandera blanquiverde, no sé si será porque Andalucía ha galardonado a su rectora, pero esa institución debería ser plural e igualitaria con todas las ideologías, no sólo con la que interese a sus altas instancias. Me gustaría ver cada 12 de octubre a nuestra Universidad con la bandera de España, esa que nos representa a todos los españoles.

Pero, por más consignas pro 28-F, Granada no es Andalucía, nunca lo ha sido, aunque lo hayan intentado los expertos en pucherazos inconstitucionales y antidemocráticos, y en difundir cínicamente sus parabienes.

No hay más que mirar nuestro presente de relegación para constatar que toda la palabrería del 28-F, impregnada de perfume de izquierdas y derechas, sólo ha producido un resultado: la conversión de Granada en una paupérrima provincia periférica de esa Andalucía que ni está, ni ya se la espera en Granada.

La históricamente constatada creación artificial de Andalucía no puede seguir destruyendo el presente y el futuro de Granada, tal y como ha sucedido en las cuatro décadas que preceden a nuestro infausto presente. Discriminación, ninguneo, postergación, preterición, arrinconamiento que, a sabiendas, han perpetrado los que ahora lloran, y ahora perpetran los que antes lloraban.

Y en Granada ya no esperamos nada de Andalucía porque sólo nos ha deparado desprecio y miseria política, económica, social e institucional. La única oportunidad para esta tierra que nunca ha sido Andalucía ha de llegar por la vía de la autonomía regional propia conforme a la Constitución, y siempre dentro de España. Es una reivindicación territorial justa y legítima que devolvería a nuestros territorios históricos su autogobierno.

Los derechos territoriales históricos de Granada son indiscutibles y es plenamente legítimo nuestro derecho a constituir una autonomía distinta de Andalucía, aparte, como siempre estuvo y así debe volver a ser.

La lista de agravios de Andalucía a Granada es interminable y seguir tolerándolos nos hace también cómplices pasivos del mal hacer y desapego con que los políticos electos por nuestra tierra la han traicionado en beneficio propio, aunque Granada agonice.

Y Granada sigue agonizando en esta Andalucía traicionera, por lo que salir de ella es prioritario para nuestra supervivencia territorial, para acceder en régimen de igualdad a la autonomía propia y no seguir gobernados desde Andalucía, porque Granada no es Andalucía y aquí no es 28-F.

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