Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Ilusiones granadinas

Es ridículo que la ciudad comience el año polemizando sobre hechos ocurridos hace medio milenio

Las tradiciones son respetables, sobre todo si se basan en hechos históricos relevantes y las naciones y las ciudades tienen derecho a celebrarlas. He comentado muchas veces las reticencias a conmemorar el descubrimiento de América, por el hecho de cometerse excesos y hasta tropelías contra los indígenas que incluso perpetraban genocidio contra tribus aborígenes y las docenas de soldados que llevaba Hernán Cortés hubiesen parecido ante las fuerzas de Moctezuma de no estar apoyadas por tribus autóctonas que veían la posibilidad de liberarse del tirano, salvar sus vidas y evitar los crueles sacrificios humanos. A pesar de todas las sombras existentes, liberados de la dependencia española, los pueblos hispanoamericanos son, hoy, repúblicas libres, hablan el mismo idioma y llevan apellidos de los detestados antepasados.

Es estúpido que se pida perdón por hechos acaecidos 500 años atrás, como exige el presidente de México al Rey de España. Como es ridículo, a nivel local, que los granadinos comiencen el año polemizando sobre hechos ocurridos hace medio milenio, como el Día de la Toma, por los Reyes Católicos, en 1492 que, por cierto, eligieron a la ciudad para su eterno reposo. Ridículo porque la historia no puede cambiarse y porque nadie en esta ciudad es tan lerdo para no reconocer el grandioso legado de los árabes, que vivieron casi ocho siglos en Granada ni vilipendiar la herencia de los 'tomadores' de la ciudad. No creo que nadie desee cambiar el puesto en Europa por uno de los reinos, emiratos o repúblicas islámicas existentes, por no hablar de las regidas por los talibanes o los ayatolás, con el éxito que el feminismo tiene en ellas.

Cualquier polémica sobre estas rancias antiguallas es una pérdida de tiempo, con la que no deberíamos comenzar cada año. La atrasada Granda -no culturalmente, por cierto, en la que por personas e instituciones es relevante- tiene que pensar en su presente y en su futuro, con ahínco y perseverancia y no dormir esas siestas o sueños pertinaces que puede convertirse en pesadillas. Pongamos más atención en no perder trenes de progreso. Ahí tenemos el ejemplo de la sede de la llamada Inteligencia Artificial (AESIA) que le han dado, sin más explicaciones, a Coruña, que precisamente implantará el diputado socialista por Granada, Rodríguez Salas, más interesado en obedecer órdenes de su arbitrario jefe Sánchez, que el compromiso con sus electores. Miremos al presente y al futuro y concentremos todos los esfuerzos ciudadanos -incluyendo a las 'autoridades enanas', a las que se refería Ganivet-, para crear una ciudad de ilusiones, no vanas ni de un día, como puede ser la efímera de los Reyes Magos, sino basada en el esfuerzo colectivo del año a año y el día a día.

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