Italia ha callado

Estas elecciones son el fracaso del sistema democrático, más allá de quién haya ganado

Italia no ha hablado. Italia ha callado en estas últimas elecciones. Un 36% de abstención, diez puntos por encima de las elecciones del 2018 y, además, con la terrible y desesperadora cifra de un 50% de abstención entre los jóvenes. La cifra más baja de participación en la historia de la democracia italiana con un 63,91%. Y con la dramática proporción de un 26% de voto, Giorgia Meloni será la primera ministra de Italia. Una derrota supina en porcentaje de voto se convierte en la gran victoria de la mujer que llega para romper el techo de cristal, dicen algunas políticas españolas afines a la exministra de Berlusconi, aunque por sus propias declaraciones creo que, para el beneplácito del machismo más recalcitrante, llega para convertir el techo de cristal en techo de acero y a sus palabras me remito. Porque soy feminista, me niego a juzgarla por mujer, aludo únicamente a su discurso vano, populista, sin altura política, lleno de barbaridades del tipo: "Soy lo que siento y no lo que soy del lobby gay afecta a los logros de las mujeres" o "¡¡¡No a la ideología de género cuyo verdadero objetivo es el fin de la mujer!!!". Estas elecciones son el fracaso del sistema democrático, más allá de quién haya ganado, pero Meloni está feliz, porque no importa cómo, ella ha llegado al poder. "Cum finis est licitus, etiam media sunt licita", las palabras del teólogo alemán Hermmann Busenbaum, cuando el fin es lícito, también lo son los medios, apoyan la actitud de la que se siente vencedora aun consciente del desastre. No ha sido ella la que ha llevado al partido fascista al poder, ni sus electores, pocos en la suma final, por mucho que intenten vender en prensa un resultado penoso como una gran victoria, ha sido la desidia del pueblo. Pero en el timbre profundo de su voz, en el tono amenazador de sus palabras, en la mirada desafiante: "No hay mediaciones posibles, o se dice sí o se dice no", ahí está la naturaleza real de una ultraderechista que hoy intenta enseñar las cartas de un juego al que realmente no juega. El silencio le ha dado la victoria al fascismo. Que escuchen el estruendoso ruido que ahora rompe ese silencio los que en este país se jactan de no votar, que deje de mirarse el ombligo la izquierda y mire su reflejo en el espejo de Italia, porque veremos si cuando el pueblo italiano decida opinar sobre su propia vida tendrá la mordaza tan apretada que será demasiado tarde para alzar la voz. "Una mattina mi son' svegliato/ E ho trovato l'invasor". RIP Italia.

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