¿Izquierda? ¿Qué izquierda?

La peor de las izquierdas, la del exabrupto y la taberna, vuelve por sus fueros

Se aproximan elecciones, mociones de censura, candidaturas sorprendentes: desde un posible alcalde francés para Barcelona hasta un intento de golpe de estado interno en un partido de la izquierda asamblearia. Aunque al final, sus militantes hayan obedecido al jefe mientras entonaban la letra inolvidable de "llegó el Comandante, y mandó parar".

Pero ¿de qué izquierda hablamos cuando hablamos de la izquierda en España? Pongo la tele, la Sexta, y me encuentro un debate sobre si es licito o no "cagarse en Dios". Así, como suena. No hay asuntos de mayor enjundia para debatir. Y resulta que de seis contertulios, solo dos oponen resistencia a la "defensa de la libertad de expresión" que "supone cagarse en Dios y en la virginidad de María". Uno, incluso, afirma con orgullo que en su familia siempre se cagaron en Dios cuando tenían algún problema.

Observo al personaje. Y al margen de lo absurdo de cagarse en algo que según los cagones no existe, me produce escalofríos pensar que individuos como este puedan dirigir, como es el caso, medios de comunicación.

Incluso sale en pantalla el inenarrable Willy Toledo, que repite sus insultos y obsesiones para ver si consigue vía escándalo lo que fue incapaz de lograr con su trabajo como actor.

Veo en otra cadena a unos tipos aclarando que la agresión contra varios guardias civiles en Alsasua fue una simple "riña de bar" . Tan pequeña que ni el dueño del bar ni su empleada llegaron a enterarse, según manifestaron ante el juez. "Además, si no hubieran ido al bar no habría pasado nada", añaden otros colegas. Claro, claro, si en España los que no opinan como ellos se quedasen en casa nada sucedería.

Cambio de cadena y me encuentro con Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, desmontando una placa que lleva el nombre del Almirante Cervera, ilustre marino español al que Fidel Castro dedicó grandes elogios. La sustituye por la que lleva el nombre de Pep Rubianes, otro cagón, en este caso, en "la Puta España".

Apago la tele. La peor de las izquierdas, la del exabrupto y la taberna, la izquierda aliada con los fascismos identitarios, vuelve por sus fueros. Ojalá que la izquierda de ideas claras salga pronto de su letargo y formule alternativas comprensibles, sin insultos ni amenazas, para el conjunto de los ciudadanos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios