Quousque tamdem

luis Chacón

Maquillaje fiscal

SE atribuye a Jean-Baptiste Colbert una definición de la política fiscal tan sarcástica como atinada. Para el ministro de Luis XIV "el arte de los impuestos consiste en desplumar al ganso con tal maña que se obtenga el máximo número de plumas con el mínimo de chillidos". El informe de la Comisión que asesora al gobierno me ha recordado la cita. Reunificar fiscalmente España es un acierto pero se obvian los reinos de taifas de la Hacienda Local. Subir el IVA a cambio de bajar IRPF y Sociedades es otro modo de desplumar al ganso, no la forma de cumplir la promesa electoral estrella del PP: bajar los impuestos. De la izquierda con complejo de Robin Hood siempre se espera lo mismo, que los suba. Así justifican sus políticas sociales que no son más que estatismo ineficaz. La política social no se hace a base de recaudación sino mediante la inversión destinada a eliminar pobreza y desigualdad. Si el estado se limita a cobrar más a quien más tiene parecerá muy progresista pero sólo empobrecerá a las clases medias y no acabará con los desequilibrios. Es evidente que Hayek acertó al decir que "estamos gobernados por socialistas de todos los partidos". No hay nada menos liberal que subir los impuestos al contribuyente sin ofrecerle nada a cambio.

Lo que hace crecer a un país es la inversión y el consumo privado y para ello, la sociedad civil requiere disponer de capital. Si la economía crece, se recauda más. Pero si un estado ineficiente, gigantesco e insaciable absorbe todos los recursos a base de gravarlos con infinidad de impuestos, la ruina acaba llamando a la puerta. Los ciudadanos no exigen tanto como se cree. A la sociedad civil le basta con que se la provea de seguridad, educación, sanidad y algunas infraestructuras imprescindibles; las demás pueden quedar a la iniciativa privada y costearlas quien las use. Desempleo y pensiones se pagan con los ahorros de los contribuyentes; el estado no tiene más deber que garantizarlos y administrar los fondos custodiados. Por eso hay que definir qué sociedad queremos, calcular su coste y estructurar un sistema fiscal que la mayoría de los ciudadanos crea justo y razonable y en el que nadie tenga la sensación de que se le confisca el fruto de su esfuerzo. Pero al final, tanta expectación se queda, como cantaba Mecano, en un mero sombra aquí, sombra allá, maquíllate, maquíllatey ya me puedes mirar. Y el ganso, chillando y desplumado.

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