Matrimonios gays antes del 20-N

CORRE la noticia de que gays y lesbianas están adelantando sus bodas antes del próximo 20-N ante el temor de que, como pronostican todos los sondeos, el PP gane las próximas elecciones generales. Y es que el colectivo homosexual teme que Rajoy y su partido deroguen la ley del matrimonio homosexual, Ley 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio, que convirtió a España en el tercer país del mundo en legalizar el matrimonio homosexual.

Independientemente de que el recurso de inconstitucionalidad que presentó el PP contra tal ley en septiembre de 2005 sigue aún sin resolverse por el Tribunal Constitucional a estas alturas de 2011, desde un punto de vista estrictamente jurídico, es doctrina del Tribunal Constitucional que, si bien amparado en la Constitución Española (artículo 14) debe existir el principio de igualdad ante la Ley, ello supone, en síntesis, sola y exclusivamente, que a supuestos de hecho iguales deben aplicárseles consecuencias iguales y que las diferencias de trato necesitan justificar adecuadamente la existencia de los motivos de tales diferencias, por lo que la no equiparación de matrimonios heterosexuales y uniones homosexuales no afecta para nada a la igualdad ante la Ley, por cuanto que la igualdad sólo debe predicarse ante situaciones iguales, siendo evidente que ésta no lo es, a lo que se añade que la atribución de otra naturaleza jurídica a una institución surgida específicamente para un fin desnaturaliza el sentido mismo de la figura jurídica y de la institución que comporta el matrimonio. Ello no obsta a que si los homosexuales quieren establecer una comunidad de vida y adquirir una serie de derechos, el sistema del contrato que les atribuye derechos -ojo, y deberes, que de ellos nunca se habla- en relación a posibles herencias, pensiones, etcétera, es legalmente posible, tanto como lo es la creación de una figura jurídica contractual semejante al matrimonio.

Dejando a un lado las florituras jurídicas, es un hecho cierto que desde julio de 2005 hasta hoy se han celebrado 19.643 matrimonios entre personas del mismo sexo, cifra, por otra parte, nada considerable en el conjunto total de los matrimonios celebrados (entre un 1,60% y un 2,16%), siendo asimismo una realidad que el 60% de los españoles acepta el matrimonio entre personas del mismo sexo, porcentaje que aumenta al 76% en el caso de los jóvenes, y que la mayoría respeta y tolera a los casados homosexuales (cosa que no ocurre cuando se habla de adopción por matrimonios gays), por lo que el temor que parece extenderse en dicho colectivo resulta infundado, siendo evidente que la última palabra sobre esta cuestión la tiene el Tribunal Constitucional.

Que se den el "sí quiero", pues, sin miedo alguno, puesto que homosexuales los hay de izquierdas, de derechas y de todos los colores, y no parece que Rajoy vaya a asumir el coste político de la supresión del matrimonio gay, ya que, estando el percal como está, ya tiene bastante con sacar adelante a un país que se encuentra en la UCI de la crisis económica, como para andar estropeando las ilusiones de aquéllos.