Ojo con los debates

En mayo, lo que hay que valorar en las urnas son los proyectos que se presenten para mejorar la vida en nuestros municipios

En estos tiempos preelectorales se acrecienta el debate político teledirigido con la idea de distraer la atención de los temas relevantes, para ganar posibilidades de conseguir buenos resultados electorales.

Los temas relevantes, desde mi punto de vista, tienen que ver con la situación de la economía y con el impulso de reformas estructurales en el ámbito de la legislación laboral, de las pensiones, de la subida del salario mínimo o con el impulso de los fondos Next Generation, por ejemplo.

Incluso, es relevante valorar el conjunto de medidas desarrolladas para hacer frente al incremento de los precios del recibo de la luz o la cesta de alimentos, para conocer en qué medida consiguen el objetivo de proteger a los sectores más vulnerables. Y eso tocará en las elecciones generales.

Creo que la derecha política trata de echar una especie de cortina de humo frente a los logros de las políticas sociales y económicas del Gobierno, introduciendo mensajes apocalípticos relativos a la unidad de España, la supuesta alianza con los proetarras, etc.; mensajes que pretenden nublar la efectividad de las políticas desplegadas por el Gobierno y hacer de las próximas elecciones municipales y autonómicas un plebiscito sobre Pedro Sánchez.

Evidentemente es legítima cualquier estrategia y posición política si se hace desde el respeto a las reglas de la democracia. Pero en mayo, lo que tenemos que valorar en las urnas son los proyectos que se presenten para mejorar la vida y el bienestar en nuestros municipios o los proyectos para las Comunidades Autónomas en las que hay elecciones. Y en esos ámbitos institucionales nos jugamos asuntos de su competencia que están lejos del debate nacional en el que la derecha quiere situar la atención del conjunto de la ciudadanía.

Por eso, llamo la atención sobre el hecho de que toca ver cómo se quiere organizar la vida en nuestra ciudad, nuestra sanidad pública, nuestro sistema de servicios sociales o nuestra educación pública, porque es es el debate que toca. Así que, desde la humildad, sugiero que analicemos esos aspectos y tengamos el acierto de huir de los debates ficticios.

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