Podemos estar tranquilos

No parece que las cosas hayan evolucionado mucho, aunque ahora la energía nuclear es verde

Me llama un amigo y me dice que está tranquilo. Añade, eso sí, que todo lo sosegado que se puede estar a unos días en que la OTAN vaya a comenzar unas maniobras nucleares por si acaso Putin da una vuelta más a su enloquecimiento. Leo que en Francia se está fraguando una huelga general y que hay ya desabastecimiento en las gasolineras. Las encuestas de opinión en Estados Unidos auguran un mal resultado para el Partido Demócrata que tanto nos gusta a los europeos y tan poco a gran parte de los norteamericanos. Bolsonaro, pase lo que pase, va a controlar el Parlamento brasileño. Italia ya tiene gobierno de extrema derecha y Berlusconi, quien fuera expulsado literalmente de la política, dueño de las cadenas privadas de televisión, va a controlar también las cadenas públicas a la espera de juicios pendientes por acusaciones gravísimas relacionadas con abuso de poder y prostitución. Cuando escribo esto, la justicia en nuestro país continua sin cumplir las leyes en vigor; Cataluña en perfecto desgobierno y la presidenta de Madrid protestando por todo menos por la gestión en las residencias para ancianos durante los inicios de la pandemia. La guerra en Ucrania continúa y al lobby del petróleo le ha dado por reducir la extracción del oro negro con el objetivo nada oculto de presionar a Occidente en su enfrentamiento con el tirano Putin, a base de provocar el alza de precios en una coyuntura ya salvajemente inflacionista.

Pero casi todos estamos tranquilos, excepto los seguidores del Barcelona y los aficionados a la vida sentimental de Tamara Falcó. Últimamente ante tanta escasez de noticias verdaderamente alarmantes, de esas que puedan asustar a la gente de bien; a algunos de los más destacados voceros del Apocalipsis, esos que afirman que vivimos en una dictadura soviética, les ha dado por sermonear contra el cambio climático, negándolo y mostrándolo como parte de una campaña interesada por parte de quienes están detrás de la implantación de energías más renovables. En los años setenta del siglo pasado, músicos de todo el mundo se unieron en conciertos contra la energía nuclear y en los cines, James Bond batallaba contra los malísimos rusos. No parece que las cosas hayan evolucionado mucho, aunque ahora la energía nuclear es verde y dicen que es la mejor alternativa. Así que podemos estar tranquilos, los cambios no son tantos como creemos, tenemos nuestros principios y como decía Groucho Marx, si no les gustan podemos cambiarlos.

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