A la que fuera presidenta de la Junta de Andalucía y desde que se conoció la sentencia de la trama corrupta más contumaz habida en la política española, sólo le ha movido su afán de supervivencia en cargo público. Tal vez por la ausencia de opciones profesionales fuera de la política. Conviene recordar que Díaz ya estaba en el PSOE cuando todo empezó y que sus padrinos, Chaves y Griñán, ambos condenados, eran los cabecillas de dicha trama. Una vez conocidos los hechos, boicoteó la investigación parlamentaria y durante dos años estuvo escondiendo a la Guardia Civil los derroches de la Faffe de los puticlubs. Lo lógico es que hubiera dimitido nada más conocerse la sentencia de los ERE pero optó por enmudecer e intentar limpiar su imagen con afirmaciones como: "No es del PSOE pero ocurrió bajo un gobierno socialista". ¡Mierda no, caca!

Desde el pasado 13 de junio y tras la derrota en las primarias del socialismo andaluz de Susana Díaz frente al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, se ha estado buscando una salida "digna" para la expresidenta. El nuevo líder de facto del PSOE andaluz le ha hecho una oferta irresistible para buscar una salida pactada y evitar así el fantasma de la gestora. A cambio de aceptar el adelanto de las primarias a la secretaría general del PSOE-A para ceder definitivamente el poder a Espadas, Díaz ha aceptado la oferta: unos cinco mil euros al mes. Premio para Susanita que volverá a la Cámara Alta como senadora por designación autonómica y tendrá que ser elegida para ese puesto en un pleno del Parlamento andaluz los próximos días 21 y 22 de este mes. Y es que la Cámara territorial se ha convertido en el cementerio de elefantes de muchos expresidentes autonómicos cuando pierden el poder como José Montilla, Marcelino Iglesias o José Antonio Griñán.

El PSOE-A ha sido su familia y donde se ha labrado su trayectoria profesional empezando a los diecisiete años en las Juventudes Socialistas. Ha desempeñado multitud de cargos orgánicos e institucionales sin haber trabajado nunca en la empresa privada, lo que le hace meritoria del premio de consolación. ¿Le ofrecerá Paco Cuenca algún puesto a Luis Salvador tras haberle votado para su investidura como nuevo alcalde de Granada? No todo vale en política. Hechos, no palabras.