Los raveros de La Peza

Los medios que demonizaron la concentración han tenido que admitir que los lapezeños están encantados y quieren que vuelva

últimamente me estoy llevado muchos chascos con los titulares de los periódicos en los que hay anglicismos de por medio. El otro día leí el titular inquietante en este mismo periódico que decía: "Una startup granadina gana un premio internacional en la categoría de Inteligencia Artificial". Digo inquietante porque me di cuenta de mi atraso en los nuevos términos lingüísticos que han traído las nuevas tecnologías. Me salió enseguida la expresión granadina por excelencia en forma de pregunta: ¿Qué pollas será una startup? Me fui a Google y… joder, yo creía que tenía algo que ver con el striptease y resulta que es una empresa de nueva creación que, gracias a su modelo de negocio y al uso de las nuevas tecnologías, tiene grandes posibilidades de crecimiento. Me pasó algo parecido a aquel tipo que le contaba a su amigo una experiencia decepcionante: "Iba por la calle y vi en una puerta un letrero que decía que una profesora nativa enseñaba el búlgaro. Entré y… ¡joder, era un idioma!". La misma contrariedad. Pero es que hace un par de semanas leí otro titular de los que hacen falta acudir al espabilaburros digital: "Cuatro mil raveros se reúnen en un descampado cerca de La Peza". Yo creí en un principio que podría tratarse de una errata y que se refería a cuatro mil caveros (los que abren zanjas) o cuatro mil paveros (que crían pavos). Pero luego me pregunté: ¿Qué narices van a hacer cuatro mil caveros o cuatro mil paveros en La Peza? Otra vez Google me iluminó y me dijo que ravero es aquel que participa en una rave, una fiesta libre y de varios días que se improvisa y sin organización prevista. Algo parecido a las fiestas de la primavera que hacían los hippies en el paraje alpujarreño de los Cigarrones o las fiestas del dragón que se organizaban en las termas de Santa Fe. Pues resulta que ahora esas reuniones se llaman raves. Pero en el fondo es la misma cosa: jóvenes con ganas de oír música y de emporrarse, que beben alcohol a mansalva y que pasan porque les cobren siete euros por un cubata en cualquier discoteca al uso. Los medios de comunicación que empezaron a demonizar la concentración, han tenido que admitir que los lapezeños están encantados con la iniciativa y quieren que todos los años se celebre. Yo que el concejal de Turismo aprovecharía la ocasión y llevaría a los raveros de figurantes en la recreación histórica del alcalde carbonero. Es una idea.

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