J. M. Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Recoger ajos, sembrar miedo

Podríamos decir que unos recogen ajos en Antequera y otros siembran odio en Almería para ganar votos

Dos jornaleros rumanos murieron anteayer cuando se desplazaban desde Pedrera a Antequera para la recolección del ajo. Los temporeros viajaban junto a dos decenas de compañeros en un autobús que los traslada desde los pueblos sevillanos y cordobeses donde viven hasta las fincas antequeranas. No le habían quitado el trabajo a ningún andaluz, simplemente vivían como muchos andaluces durante tantas décadas del siglo pasado: habían emigrado para mejorar. Mujeres marroquíes en Huelva, varones magrebíes en Almería, uruguayos en la lana y peruanos embarcados hacen lo que miles de andaluces buscaban en Francia hace muchos años.

La Seguridad Social ha registrado este mes un incremento de 55.689 trabajadores foráneos como cotizantes de la caja de nuestras pensiones. En total, ahora hay 2,3 millones de extranjeros que trabajan de modo legal en nuestro país. Son cotizantes, y suponen una parte importante del total de 20 millones de afiliados que hay en España. Un 10%, que no está nada mal. Ni le roban el trabajo a nadie ni delinquen, sino que ayudan al sector primario y cotizan. De los nuevos trabajadores extranjeros, la mayoría son como los temporeros de Pedrera: rumanos. Le siguen, en importancia, los marroquíes, italianos, chinos y venezolanos.

Podríamos solicitar que algunos pidan sinceras disculpas a los rumanos de Pedrera o que, al menos, lamentaran sus muertes, como han hecho todos los partidos menos Vox, porque, sin distinción, culpan a muchos inmigrantes de delincuentes y de violadores, y no son más que honrados trabajadores. Mienten para mantener candente un debate que sólo les interesa como caldo de cultivo del malestar, que es donde se buscan la vida, en la recogida del odio. Y es que unos recogen ajos y otros siembran malestar para ganar votos.

La demagogia es atractiva, pero es una neblina que confunde y engaña. También hay inmigrantes que son delincuentes, como los hay españoles, andaluces, sevillanos y gaditanos. Incluso madrileños. Y hay zonas saturadas, claro que sí.

Pero es mentira, como sostienen los que alientan al odio, que el 35% de los delitos de Almería sean cometidos por inmigrantes. Ni el 5%. Lo que sí es cierto es que no llega al 1% los andaluces que sitúan la inmigración entre sus primeras preocupaciones. Un 0,6%, exactamente según el último sondeo del Centra. Y esto hay que elevarlo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios