La ciudad y los días
Carlos Colón
Primum manducare
El termómetro
La épica remontada que el miércoles protagonizó el Barça en su partido de vuelta de cuartos de final de la Champions League contra el Paris Saint Germain -sí, hablamos de fútbol-, ha supuesto un hito histórico, pues nunca antes en esta competición se había superado una eliminatoria afrontando un 4-0 en el partido de ida. Un hito celebrado en todo el mundo y alabado unánimemente por la prensa internacional que, sin embargo, ha provocado en España más reacciones adversas que en ningún otro país.
Ha sido la prensa española, y más concretamente la prensa madrileña, no solo la deportiva, siempre más escorada hacia posiciones afines a una hinchada en particular que al ideal de neutralidad que, como el valor al soldado, se le presupone a la información, la única que tras el milagro deportivo ha encontrado sombras en su consecución, y se ha dedicado a hablar más del árbitro que de los goles.
Al margen del ridículo que han hecho algunas luminarias de la información futbolística de Madrid, que publicaron crónicas de la eliminación culé antes de la finalización del partido, o incluso que salieron al aire en alguna televisión con expertos que 'explicaban' los motivos por los que el FC Barcelona había caído eliminado, unos minutos antes de que árbitro pitara el final, justo esos minutos en los que se produjeron los goles definitivos, al margen de estos intrépidos periodistas, a los que ahorraremos la ignominia de mencionar con sus nombres y apellidos, decía, ha sido generalizada en la prensa madrileña la proyección de una sombra de duda sobre la victoria barcelonista.
Vaya por delante que el firmante, asiduo espectador de partidos de Liga y Champions, no es seguidor blaugrana, dicho sea como aviso para navegantes. Sin embargo, no deja de sorprenderme el contraste entre el enfoque que se ha dado a esta eliminatoria desde la prensa madrileña en comparación con la del resto del mundo, podríamos decir.
Desde la retransmisión en directo de una televisión británica, en la que cuatro ex futbolistas ingleses saltaron de sus asientos con el gol que daba el pase al Barça, y en la que había una diversa representación (Gerrard, leyenda del Liverpool, Rio Ferdinand, hasta hace poco bastión en la defensa del Manchester United, Gary Lineker, estrella en los ochenta del propio Barça, y Michael Owen, balón de oro de 2001 con pasado madridista), hasta las crónicas de los principales diarios europeos e incluso mundiales -The Guardian, La Gazzetta dello Sport y hasta The New York Times, por no hablar de periódicos franceses, como Le Figaro, Le Monde o L'Equipe, de la misma nacionalidad que el eliminado PSG- elogiaban la victoria culé sin hacer mención del árbitro. ¿Por qué será?
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