Por primera vez en cuatro años hay nervios en San Telmo. Al oasis andaluz fabricado por el PP a base de márquetin, letreros publicitarios en las comparecencias del presidente y propaganda gubernamental en Canal Sur, le faltan agua y aire. La Comisión Europea está en contra del plan de la Junta de legalizar 750 hectáreas de regadíos en la corona norte de Doñana; asunto en el que Moreno ve la perversa mano del Gobierno de la nación. El PSOE, que lleva años de travesía del desierto como alma en pena, ha empezado a actuar como oposición; casi a estrenarse. Y van apareciendo lunares en la gestión de la Junta en modo de sucesivos contratos exprés de personas, de constructoras o de proveedores de Salud.

A eso se suma el malestar por las deficiencias en la sanidad pública. Unas 50.000 personas salieron a la calle ayer en las ocho capitales de la región para clamar contra la privatización de la atención sanitaria. Y Juan Manuel Moreno parece acusar la situación con una dureza que no había mostrado hasta ahora. El PSOE va a denunciar ante el Tribunal de Cuentas los contratos de la Consejería de Salud con clínicas privadas desde enero de 2021. Gran parte se hicieron sin concurso público, por un decreto de emergencia del Covid que se derogó en mayo de 2021. Pero se han gastado a dedo durante dos años 117 millones de euros, con prórrogas alegales. El presidente ha dicho en sede parlamentaria que ese gasto es correcto. La portavoz de Por Andalucía aseguró en el pleno del jueves que la práctica huele a la que se utilizó en los ERE. Y en ese ambiente, el portavoz de Adelante Andalucía ha puesto la guinda, reprochando al presidente que por adicción al protocolo haya inaugurado ya ¡cuatro veces! el Hospital Militar de Sevilla.

Las Mareas Blancas convocaron las manifestaciones de ayer por la orden de tarificación de Salud que pone precio a los servicios del SAS. Moreno niega una y otra vez que vaya a privatizar la sanidad pública, pero mucha gente no se lo cree, faltan dos meses para las municipales y surgen los nervios. Hay que decir que las manifestaciones fueron pacíficas y hasta festivas. Nada que ver con las francesas contra la reforma de las pensiones. En Málaga estuvo amenizada por una estupenda batucada femenina, MalaVanda BatuFem, que llevaba detrás cientos de fans, con el mismo fervor que se sigue a la banda que toca marchas detrás de un palio.

El aire que le falta a la Junta, le sobraba a los manifestantes, que hacían sonar sobre todo dos gritos ¡sanidad! ¡pública! y variaciones sobre un mismo tema, "la salud no se vende, se defiende" o "la salud no es un negocio". Un señor con megáfono repetía un eslogan que resumía el espíritu de la jornada, con música de Georgie Dann en Carnaval, carnaval: "Sanidad, sanidad, sanidad te quiero". El negocio, en una estupenda mañana de primavera, lo hicieron los bares en los centros de las capitales andaluzas para atender a tan sana y enamorada clientela.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios