Cuchillo sin filo

Francisco Correal

fcorreal@diariodesevilla.es

Santa Pola

Los contendientes del Boca-River coincidían en número con los marineros e inmigrantes del pesquero

Esta pobre gente no tiene que leer a Conrad porque se pasan toda su vida en el corazón de las tinieblas. En un mundo sin escrúpulos o con gestos de cara a la galería de políticos poco escrupulosos. Dicen que a los periodistas nos gusta mezclar los temas, churras con merinas que diría el clásico, pero la actualidad a veces te pone el asunto en bandeja por mor de las coincidencias. Ya que Santiago Bernabéu, albaceteño de Almansa, veraneaba todos los años en Santa Pola, habría sido un homenaje a esa memoria de los estíos alicantinos que abrieran el estadio que lleva su nombre junto a Concha Espina para acoger un partido de fútbol muy singular. Las alineaciones estaban prácticamente hechas, porque los inmigrantes que ayer llegaron a un puerto de Malta eran once, el número reglamentario para saltar al césped, y trece, con opción a dos cambios, son los tripulantes del pesquero de Santa Pola Nuestra Señora de Loreto que al acogerlos en alta mar los salvó de una muerte segura y de una vida muy insegura si al final los hubiera devuelto, como sugirió el Gobierno español, a Libia, el país de su penúltimo abordaje.

Pedro Sánchez ha preferido mirar para otro lado. Su calcutadora, émulo de Teresa de Calcuta, dejó de funcionar cuando se llevó a medio Consejo de Ministros al puerto de Valencia para recibir al Aquarius con su pasaje de inmigrantes a la deriva. Esa recepción era una carta de presentación para mitigar los estragos de su llegada a La Moncloa con 84 diputados y algunos socios muy poco recomendables. Este hombre es un especialista en convertir los gestos en gestas y ahora, remedo de Simón Bolívar, aprovecha su viaje a Buenos Aires para abrir las puertas del Santiago Bernabéu al partido más largo del mundo, el choque de vuelta de la Copa de Libertadores. Once de Boca contra once de River. Al menos, podía gestionar que el Betis-Rayo que se juega ese día a la misma hora, dos equipos de barrio de la Primera División, se jugara en el estadio del Chacarita Juniors, con el yuyu de que es un equipo con el nombre de un cementerio bonaerense.

La diligencia con la que España le abre las puertas a dos equipos de fútbol de Argentina contrasta con las trampas burocráticas interpuestas para que un equipo de marineros se enfrentara en buena lid a otro de inmigrantes que al final han llegado con el halcón maltés. Esta vez el 12-1 ha sido de Malta a España con Pedro Sánchez de Bonello.

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