En estos días nos han sorprendido algunos casos de violencia juvenil, que creíamos muy lejanos de nuestros pueblos, como el caso del apuñalamiento y muerte del joven de 18 años en la puerta de su domicilio, en una localidad del Aljarafe sevillano. Es alarmante también el aumento de casos de violencia de género entre adolescentes y adultos jóvenes. Siendo además muy preocupante que cuando se les pregunta sobre este tema la mayoría contesta que se trata de un invento ideológico. La violencia juvenil es un problema de salud pública significativo que cada año provoca la muerte prematura de miles de jóvenes además de importantes secuelas físicas y psíquicas

Estos episodios violentos relacionados con jóvenes, nos llevan a preguntarnos si realmente existe un aumento de la violencia que involucre a los jóvenes. Algunos expertos creen que podríamos estar ante los efectos del aislamiento de este sector de la sociedad tras la pandemia, si bien es cierto que el factor educacional es uno de las causas de mayor peso en el aumento de esta violencia. La incapacidad de frustración en la que estamos educando a nuestros hijos en una sociedad, en la que lo tienen todo, independientemente del esfuerzo o del trabajo. El 'yo, mi, me, conmigo, quiero o tengo derecho' hace que en muchos casos algunos jóvenes no acepten un "no" por respuesta.

La violencia está también presente en las redes sociales. En esta población tan influenciable, sirve para propagarla, a veces de forma explícita en forma de imágenes o acciones, otras de forma implícita convirtiéndose por ejemplo, en una medida de control en las parejas y con frecuencia, de violencia de género entre los adolescentes.

Así las cosas, parece que las actitudes preventivas, basadas fundamentalmente en la educación, son las únicas que pueden disminuir el impacto de la violencia entre nuestros jóvenes. Promover una educación de calidad en los primeros años de vida con la participación de toda la familia, además de entornos familiares que apoyen un desarrollo saludable, desde el punto vista psíquico y físico, fortalecer las destrezas de los jóvenes a través de programas universales, basados en la escuela, detectar y prevenir el acoso escolar, conectar a los jóvenes con adultos que se preocupen por ellos, además de sus padres o cuidadores etc. Todas estas medidas reducen el riesgo en los jóvenes de involucrarse en situaciones delictivas y de violencia, consumo de alcohol, drogas, y conductas sexuales de alto riesgo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios