Los terribles nuevos casos de asesinatos de mujeres en este mes de diciembre a causa de la violencia machista, sumados a los que llevamos contabilizados a lo largo de 2022, han vuelto a hacer sonar todas las alarmas tanto por el importante repunte de casos, como por el hecho de que hay un porcentaje significativo de casos en los que las mujeres habían denunciado malos tratos previamente.

Estamos ante unos hechos que ninguna sociedad debe aceptar bajo ningún concepto y que deben llevarnos a redoblar los esfuerzos para prevenir esta lacra, atacando todas las causas y factores determinantes que hacen posible que se sigan produciendo asesinatos por la violencia machista.

El Gobierno y todos los poderes públicos, las organizaciones sociales y el conjunto de la sociedad, afrontamos todos un desafío para analizar la situación y detectar los aspectos que puedan estar fallando y sobre los que debemos definir nuevas medidas, en el marco de la mayor unidad de acción posible. En mi opinión, en el marco del Pacto de Estado contra la Violencia de Género de 2017 aunque en este acuerdo no se haya incorporado el partido político Vox.

Soy consciente que son muchos y diversos los factores y los elementos en los que hay que actuar. Seleccionar solamente una cuestión es, seguramente, un abordaje insuficiente. Pero creo que el aspecto educativo e informativo es de enorme importancia para trabajar en el objetivo de concienciar y formar a las nuevas generaciones en los valores de igualdad que deben imperar en las relaciones entre hombres y mujeres.

Las ideas de quienes niegan la existencia de la violencia machista contribuyen a dificultar que una parte de la sociedad, (en especial los más jóvenes), conozcan, valoren y asuman la existencia de condiciones y actitudes que en la actualidad generan situaciones de violencia machista, que se dan con una frecuencia inaceptable en la sociedad de hoy día. Situaciones que, desgraciadamente, tienen su peor expresión en los asesinatos de mujeres con los que nos seguimos enfrentando un día si y otro también.

Es por eso que resulta fundamental la unidad de acción de parte de la inmensa mayoría de la sociedad y de las fuerzas políticas que asumen esta violencia como una lacra inaceptable, para dedicar recursos y desarrollar acciones efectivas en el objetivo de prevenir y evitar la violencia machista.

El impulso de acciones en el campo de la educación y de la información sobre este importante problema es, en mi opinión, una de las prioridades a acometer. Junto a ello, debemos implicarnos para enfrentar las ideas negacionistas y contribuir así a que vaya anidando la indiferencia ante uno de los asuntos más graves que afectan a nuestra sociedad.

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