Aceptemos el pulpo

Ya saben aquello de aceptar pulpo como animal de compañía, aunque a los pulpos solo los vemos vivos en los reportajes de naturaleza que acompañan a las siestas vespertinas o bien descuartizados sobre una tabla de madera con patatas, pimentón y aceite de oliva, cuando admitimos una situación que difícilmente es aceptable, pero bueno no sigamos discutiendo y entendemos que es mejor conceder lo que en otras condiciones no consentiríamos. Con sensación de pulpo, más bien descuartizado, he recibido la confirmación de lo que ya se sabía iba a ocurrir, a saber, la amnistía es constitucional, aunque sea por seis a cuatro. Y por tanto y por la convivencia entre españoles tenemos que acatarla. Es evidente que no vamos a volver a matarnos entre nosotros, aunque a lo mismo algunos quisieran que ello ocurriera. Yo estoy seguro que los españoles acatan que un órgano político, como el Tribunal Constitucional, diga que la amnistía es legal porque no está prohibida en la Constitución. De hecho es que no aparece. Tampoco aparece que si no se cumplen los programas electorales que se prometen a la ciudadanía el gobierno debería dimitir o que si hay que cambiar de opinión para seguir en el gobierno pues nada pasa o que si se miente descaradamente habría alguna consecuencia inmediata. Hay muchas cosas que no están en la Constitución pero solo algunas como la amnistía permiten que un presidente mentiroso, perdón, que hace de la necesidad virtud, y que necesita siete votos de los que no quieren ser españoles o algunos otros votos de los que durante años mataron españoles, siga siendo presidente del Reino de España. Aceptemos al pulpo, según dice el presidente mentiroso, perdón, el presidente que cambia de opinión, el puto amo, el capitán que nos lleva al mejor puerto, el que nos libra de la derecha extrema y la extrema derecha, el que ama a su mujer, todo para que la convivencia entre españoles sea mejor. Todo hasta la próxima petición de los que quieren ver el pulpo descuartizado, claro. ¿Qué será lo próximo que le pedirán al presidente mentiroso para seguir descuartizándonos? ¿Y hasta cuando seguiremos aceptando que el presidente venda a los españoles para satisfacer a los que no se sienten españoles? Tengamos esperanza: los pulpos pueden perder sus patas y las regeneran; aunque también se camuflan muy bien, cambiando de opinión, perdón, de color. Vale.