De la noticia sobre la muerte de una mujer por un incendio en su vivienda en Cájar llama la atención que viviera sola. Ya hablan algunos expertos de que la soledad será la gran enfermedad del futuro y en países como Reino Unido ya pusieron en marcha un Ministerio de la Soledad y en estados escandinavos se habla ya de una verdadera plaga de solitarios que no saben comunicarse. Es un problema serio y que cada vez afecta más a nuestros mayores, a pesar de que España y las sociedades mediterráneas pueden vanagloriarse de seguir tratando algo mejor e integrando en el debate social a un colectivo que por experiencia y por peso demográfico debería ser el más importante. Aunque el problema empieza desde antes y ya en la infancia y durante la adolescencia la tecnología nos va minando nuestras habilidades sociales. Es preocupante cómo nos absorben las pantallas y nos sabemos mantener el equilibrio entre los dos mundos, el real y el de nuestro móvil. La soledad es algo que debemos empezar a tomarnos en serio.