El amor está?en el aire

En mi condición de heterobásico, me veo incapaz de hacer dos cosas a la vez, pero lucho denodadamente por conseguirlo. Y hay domingos en los que, al par que escribo esta columna, hago una empanada de morcilla. A veces, lo admito, me salen artículos como empanadas y –se me quejan mis familiares–, empanadas pringadas de literatura. Los ingredientes de la columna de hoy son: cuarto y mitad de cartas de amor de Sánchez, la explosión sorpresiva de amor filial de las princesitas el día del décimo aniversario de la toma de posesión por su padre del cargo de rey, ganado en reñida oposición; una pareja del vuelo Alicante-Múnich que ha sido sorprendida mientras hacían el amor en el avión; el picante se lo proporcionará al guiso El Hexágono, un poema de la princesa Omeya Wallada (s.XI) , en el que, despechada porque su amante Ibn Zaydun la había engañado, lo llama: “Pederasta, puto, adúltero, cabrón, cornudo y ladrón”. Maridado todo con la ostentación que algunos alumnos hacían de su irrefrenable amor en la puerta de mi clase de literatura. A todos los que muestran su amor –o su desamor– en público, les preguntaría lo mismo que a mis encendidos alumnos: ¿amor o teatro? El desafío es tremendo: cómo sacar algo que agrade al paladar de mis lectores (que, quizá, después de leer este texto, dejen de serlo) con ingredientes tan heteróclitos. Creo, sin embargo, que los componentes del puchero que he detallado más arriba, harán un caldo gordo de gran calidad y de toda confianza. En tanto que el mejunje se termina de hacer a fuego lento (quizá esté para la próxima semana), les paso la receta de la empanada para que ustedes prueben a hacerla en sus casas, que seguro que les sale más sabrosa que a mí esta columna. Ingredientes: una morcilla de cebolla algo picante. Un buen puñado de piñones, dos peras jugosas. Chorreoncillo de aceite. Un huevo. Modo de hacerlo: se cortan las peras muy finitas. Se deja cocer la morcilla unos minutos para desgrasarla. Se fríen los piñones. Se separa la carne de la tripa, se revuelve todo y se pasa por la sartén unos minutos. Se vuelca el relleno sobre una hoja de masa de empanada, se cierra, y se sellan los bordes con el dedo. Con la masa que sobra, se hacen tiras, formando un enrejado. Se bate un huevo y se pinta la masa. Horno 200º, 20 minutos. ¡Que aproveche!