Monticello
Víctor J. Vázquez
Más allá de la corrupción
EL 14 de abril de 1931 en todos los rincones de España aparecieron banderas tricolores proclamando la República, a partir de entonces y durante mucho tiempo, hasta la proclamación de la Constitución de 1978, esta enseña ha representado la democracia y la libertad para muchos españoles.
Casi inmediatamente, por un Decreto del día 27 de abril, el Gobierno Provisional de la República promulgaba en su artículo segundo la adopción la nueva bandera nacional, formada "por tres bandas horizontales de igual ancho, siendo la roja la superior, amarilla la central y morada oscura la inferior. En el centro de la banda amarilla figurará el Escudo de España", ¿Pero de dónde salía aquella bandera? ¿Cuál era su origen?
Las primeras noticias que tenemos sobre la bandera tricolor son del último tercio del siglo XIX. Tras la revolución de septiembre de 1868 que destronó a Isabel II, el general Serrano se hizo cargo de la Regencia del país, durante su mandato (1869) una comisión del Ayuntamiento de Madrid, presidida por el periodista y político don Ángel Fernández de los Ríos, elevó a las Cortes Constituyentes un informe pidiendo la incorporación del color morado a la bandera , pretendiendo incorporar así el color del Pendón de Castilla a la enseña nacional, tal y como ellos ya habían hecho en la banda de los concejales madrileños.
Partía Fernández de los Ríos de un error: atribuir al Pendón de Castilla el color morado, cuando es en realidad rojo carmesí. La idea del Pendón morado de Castilla es relativamente reciente, parte de la creación en 1920 de la sociedad secreta Los Comuneros, que se proponían imitar las virtudes de Padilla. Estos comuneros eran realidad liberales que conspiraban contra Fernando VII. Su estandarte era de color morado con un castillo blanco en el centro. No fueron éstos los únicos liberales que utilizaron el color morado, la bandera de Mariana de Pineda, por ejemplo, también era de esta tonalidad.
Con acierto, el Gobierno Provisional y luego la Primera República mantuvieron la bandera bicolor. Sin embargo desde finales del siglo XIX los partidos republicanos empezaron a utilizar la bandera tricolor, como alternativa a la bicolor, que identificaban con la monarquía de Alfonso XIII y no con la Nación española.
La Segunda República aceptará cambiar los colores de la bandera introduciendo el color morado en representación de Castilla "región ilustre y nervio de la nacionalidad, con lo que el emblema así formado resume más acertadamente la armonía de una gran España". De esta manera la franja morada, que utilizaban los partidos republicanos desde finales del siglo XIX y que luego adoptó la República, se incorporó a la candera de España, con evidente error histórico, pues no representa a Castilla.
Otra cosa es la evidente identificación que se hizo entre la Tricolor y la Democracia, innegable en el momento de su instauración y durante los años de la Dictadura de Franco, lo que hace que para muchos de nosotros (me incluyo) sea objeto de romántica veneración. Debemos el máximo respeto a la Bandera española de la II República y una enorme admiración a todos los que, cobijados en sus pliegues, lucharon por una España más justa.
Pero los tiempos cambian y hoy es la bandera bicolor constitucional (roja-amarilla-roja) la que se identifica con la Democracia y la Libertad del Pueblo español. En ella se simbolizan los valores de libertad, justicia e igualdad que conforman el Estado Social y Democrático de Derecho. Es un símbolo que representa a toda la Nación y del que no debemos permitir que se apropie una minoría.
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