Buena iniciativa

La repatrimonialización que está llevando a cabo la Diputación de Granada, adquiriendo patrimonio emblemático de la capital y provincia con la finalidad de reordenar sus sedes administrativas y además poner en valor bienes de nuestro Patrimonio Histórico se presenta como una decisión no sólo beneficiosa para los administrados, que van a notar la cercanía de la Administración Provincial, sino también para todos los granadinos, además de ahorrar dinero en alquileres.

Castillo de la Calahorra, Convento de la Concepción de Guadix, Casa Dengra en Baza, Casa del Marqués en Loja, Banco de España, Correos, Palacio de Niñas Nobles, quedando por determinar las sedes administrativas y culturales de las comarcas de la Alpujarra y la Costa Tropical. Siempre que haya posibilidad económica y se salvaguarden las competencias propias de las diputaciones provinciales establecidas en la Ley de Bases de Régimen Local (artículos 36 y ss.), la opción de comprar patrimonio y ponerlo en valor tanto para los ciudadanos como para su gestión administrativa es una opción excelente.

La única crítica que se puede hacer a esta decisión provincial es la de la ubicación de la sede de la presidencia de la Diputación en el Palacio de Niñas Nobles, cuando desde 1932 se ha ubicado en el palacio de Bibataubín y es allí donde debería volver, a su sede tradicional, un edificio de 800 años –aunque remodelado–, en el que debería reinstalarse nuestra Diputación, en el sitio donde siempre ha estado en Granada y que ahora ocupa el Consejo Consultivo de Andalucía.

A finales de 2018, Juanma Moreno y Cs pactaron la supresión del Consejo Colsultivo –por gasto innecesario y cuyas funciones podía suplir perfectamente el Consejo de Estado–, para posteriormente decidir mantenerlo, y en la sede actual de Bibataubín, desde 1994 hasta 2039.

Pero el sentido de esta repatrimonialización debe ser pleno y devolver a Granada sus instituciones históricas, por lo que, si alguien debe cambiar de ubicación, debe ser el Consejo Consultivo, sin tradición alguna en su actual emplazamiento, reubicable en otros lugares más adecuados a su función.

Siempre recordaré cómo de pequeña subía de la mano de mi padre las escaleras del palacio de Bibataubín, orgullosa de nuestra imponente Diputación de Granada, que debe volver a su sede histórica para que esta oportuna repatrimonialización esté completa.