En tránsito
Eduardo Jordá
Mon petit amour
La primavera ha entrado con fuerza, no hay duda, tanto que los abrigos que tanto estaban a mano hasta hace bien poco se han tenido que quedar en casa a la hora de pisar la calle, sobre todo en horas con luz solar. Eso la mayoría, porque a alguno parece que el calor le ha pillado de sorpresa y ha optado por dejar la prenda en el primer lugar que le ha venido a mano. Lo más probable, eso sí, es que le haya caído a alguien y algún ciudadano decidió dejarlo donde se ve en la imagen.
También te puede interesar
En tránsito
Eduardo Jordá
Mon petit amour
Crónica personal
Pilar Cernuda
Izquierda y derecha
El duende del Realejo
Joaquín A. Abras Santiago
Esencial desiderata
Confabulario
Manuel Gregorio González
El Ecce Homo
Lo último