Bloguero de arrabal
Pablo Alcázar
Turratenientes
El Museo de Historia Alemana, en el centro de Berlín, recoge ahora en la muestra Exponer la violencia seis de las exposiciones que tuvieron lugar por toda Europa entre 1945 y 1948 para documentar, denunciar y recordar los crímenes nazis. Se pone de manifiesto la forma en que cada país afrontó el horror de los nazis aunque, el denominador común es la denuncia pública y el enfoque de pedagogía a la sociedad.
Este asunto me ha hecho reflexionar en la situación actual, en la que aún teniendo mejores canales de comunicación que amplía el acceso a la información en la sociedad, la desinformación y los bulos tienen una potencia tremenda para desdibujar asuntos de enorme importancia para la sociedad.
Uno de estos asuntos es el referido a lo sucedido en el holocausto y al papel que jugó el fascismo en ese momento de la historia de la humanidad, reciente aún, que se va desdibujando paulatinamente. Así se generan de nuevo espacios reales de influencia y acceso al poder para la extrema derecha en toda Europa y en otros países como en Estados Unidos o Argentina.
Es fundamental que la sociedad conozca de verdad la dimensión de hechos históricos que han supuesto la aplicación de políticas genocidas que han acabado con la vida de millones de personas en una estrategia de limpieza étnica, lo que ayudaría a evitar que se vuelvan a producir situaciones similares.
Pero, observando como el genocidio de los gazatíes a manos del ejército de Israel no genera una respuesta eficaz desde la comunidad internacional, no cabe más que el pesimismo más profundo. Y es precisamente la falta de información y pedagogía lo que podría estar detrás del desapego que también se aprecia en la sociedad sobre este tipo asuntos.
Si nos creemos que el holocausto nazi o el exterminio de los gazatíes es algo que pasa a otros y que nunca nos pasará a nosotros y aceptamos que haya quien lo justifique, tanto desde el poder como desde la sociedad, estaremos más cerca de repetir lo peor de la historia una y otra vez. Por eso, saber y conocer la historia es básico para actuar contra el horror.
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