La trastienda
Siete años para un espigón
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La aparición de David Broncano y su programa La Revuelta en la televisión gratuita es la mayor novedad del sector desde que Atresmedia arrebatara el liderazgo a Mediaset a comienzos de esta década. Y son varias las enseñanzas que nos deja:
1. El éxito de una apuesta por algo diferente, con un tono gamberro, disparatado, abierto y alejado inteligentemente de los discursos de los púlpitos habituales, demuestra que se puede y que la apuesta atrevida que en su día hizo el posteriormente defenestrado José Pablo López era acertada. Otra TVE es posible.
2. Que si los jóvenes han ido abandonando la televisión tradicional se debe entre otras cosas a que ésta también les ha abandonado a ellos al no ofrecerles nada atractivo. En cuanto hay algo que lo hace, son los primeros en detectarlo. No es cierto que haya que hacer de la TV gratuita una oferta solo para los mayores.
3. Que El Hormiguero es un trasatlántico que navega bien y firme. La subida de audiencia de TVE no le ha quitado ni un solo televidente, ha demostrado su espíritu combativo y, además, como la cadena pública no emite publicidad, tampoco pierde anunciantes. Pero ha dejado de ser el único espacio a donde poder ir a promocionar nuevos productos y figuras; y a sus 59 años el tan seguido como denostado Pablo Motos, ya y para siempre, será “menos moderno” que Broncano a sus 39. Ahora El Hormiguero es el clásico y el programa de TVE la alternativa descreída y casual. Zapatos contra deportivas, aunque ambos sean producto de un muy estudiado y trabajado diseño.
4. Mediaset vuelve a ser la perdedora. Hace dos años anunciaron un cambio de rumbo y su gran apuesta en el arranque de la temporada ha consistido en una nueva edición de Gran Hermano, un programa que tiene ya un cuarto de siglo a sus espaldas. Sorprende que el grupo que tantas cosas ha inventado mantenga su insistencia en formulas gastadas.
5. El intermedio es otro damnificado, aquellos que veían a Wyoming por no compartir las ideas de Pablo Motos, tienen ahora otra alternativa y más alejada del frentismo ideológico. Es un buen programa, pero de nicho y, con la aparición estelar de Broncano en el mainstream, su carácter de oferta menor se ve acentuado.
6. Broncano contra Motos no es sanchismo contra el PP. Quienes todo lo analizan en términos de las dos Españas se equivocan. Por suerte la ciudadanía vive al margen de los enfrentamientos gratuitos, disfruta de lo divertido, se aburre con lo tedioso y prefiere acostarse con una sonrisa en vez de con un cabreo.
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