Demagogia semántica

Desde que Moreno Bonilla y su nuevo camarada Rojas Marcos nos quieren adoctrinar en el “dialecto andalú”, un habla que ni existe ni nunca ha existido, se están empezando a ver mensajes en Granada que apoyan no sólo a este dialecto inventado, sino también a la autonomía fake producto del 28-F.

Pero, si bien hasta ahora el adoctrinamiento en lo andaluz se centraba en el machaqueo sobre Blas Infante, la bandera verdiblanca, los 28-F/4-D y la nación andaluza, ahora han dado un paso más maquiavélico en este discurso inventado…

La novedad consiste en hacer desaparecer a Granada, hacerla completamente invisible en el relato nacional-andalucista, omitiendo a Granada en su mensaje, Granada no existe, sólo existe Andalucía. No es ya que Granada sea una provincia olvidada y postergada de este ente artificial llamado Andalucía, es que Granada simplemente no existe.

Ejemplos empezamos a tener ya unos cuantos de esta nueva demagogia semántica puesta en marcha por el régimen andaluz: primeramente, tenemos el ya famoso “Andalucía en los Goya”, machacón eslogan que vemos por toda Granada con ocasión de la celebración en nuestra ciudad de la gala woke-sideral de los subvencionados de la ceja. Este mensaje, que olvida deliberadamente a Granada, se ejerce desde el nacionalismo andaluz militante instalado en San Telmo sin complejo alguno, porque, aunque seamos los granadinos los que vamos a poner la pasta para lucimiento de la izquierda radical en su funesta imitación de los Oscar, es su Andalucía quien se llevará las medallas.

Luego tenemos la colonización de Sierra Nevada-Cetursa, que ya tampoco es de Granada sino de Andalucía. Y es que, si pudieran, trasladarían nuestra sierra a la vera de Triana y el Guadalquivir. No se si han visto los anuncios de las campañas institucionales de Sierra Nevada, pero la palabra Granada, o no aparece, o, si aparece, la tienes que ver con lupa. Igual sucede con el moribundo Parque de las Ciencias.

Pero la última sorpresa me la llevé el sábado por la carretera de la costa, a la altura de Padul, en donde han colocado un letrero que reza: “Cuencas mediterráneas andaluzas”, o sea, que aquí Granada ni existe, porque todo-todito-todo le pertenece ya a Andalucía-Sevilla.

Y lo peor es que toda esta demagogia semántica que suma y sigue no es inocua y va calando entre la población consiguiendo su objetivo: que Granada sea exclusivamente un apéndice de Andalucía-Sevilla, y que, aunque estemos a 250 kilómetros de distancia, el régimen andaluz ejerza su poder omnímodo sin resistencia.

Estén atentos a esta demagogia semántica que nos imponen, porque acaba de empezar la desaparición de Granada también del vocabulario…