Vía Augusta
Alberto Grimaldi
¿Hay también una ‘vía extremeña’?
Acabamos de conocer que la Comisión Europea ha aprobado un paquete de medidas, (Ómnibus Digital le llaman), para simplificar la regulación de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial (IA). De hecho, se trata de eliminar algunos requisitos para las empresas del sector que quieran operar en la Unión Europea (UE).
Este paquete de medidas es consecuencia de las presiones de las grandes compañías tecnológicas de Silicon Valley y del presidente de EEUU Donald Trump, para que Europa retrase la entrada en vigor y modifique la regulación aprobada hace pocos meses que pretendía proteger los derechos de la ciudadanía o evitar la IA de alto riesgo y que aquellos consideraban barreras para el acceso al mercado.
Entre los ámbitos de alto riesgo regulados fuertemente en Europa, se incluyen la situaciones en las que la IA se pretenda usar para identificación biométrica, aplicaciones de tráfico, suministro de servicios públicos, solicitudes de empleo, los servicios sanitarios o la solvencia crediticia de las personas, entre otras.
La regulación del uso de la IA es un asunto de enorme trascendencia y lamentablemente no es un debate que esté presente en la sociedad, cuando la definición de los límites para su uso es clave para asegurar el respeto a los derechos y valores que prevalecen en el marco de la UE; valores que no coinciden con las políticas imperantes en EEUU.
Bien es cierto que revisar esos límites puede tener sentido en algunos casos, pero es diferente que ello se haga paulatinamente a medida que el uso de la IA vaya ofreciendo evidencia; en este caso, todo apunta a que son las presiones de los grandes proveedores de IA en las que prevalecen los intereses de ganar espacios al mercado.
El equilibrio entre libertad de mercado y salvaguarda de los derechos de la ciudadanía es difícil en general y, quizás, más aún en el caso de la IA. Pero tener políticas públicas precavidas es probablemente la mejor opción para la ciudadanía.
Soy muy partidario de la IA y espero grandes avances por ello (por ejemplo en salud), pero habrá que valorar adecuadamente estas nuevas medidas de Europa y exigir más transparencia y participación en este asunto por su enorme trascendencia.
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