La ciudad y los días
Carlos Colón
Lo único importante es usted
El escritor argentino Marco Denevi pronosticó la extinción de la raza humana a finales del siglo XXXII. Yo creo que era muy optimista. Decía que en ese siglo las máquinas habrían alcanzado tal perfección que los hombres ya no necesitarían comer, ni dormir, ni hablar, ni leer, ni pensar, ni hacer nada. Les bastaba apretar un botón y las máquinas lo hacían todo por ellos. Gradualmente, dice Denevi en su relato, fueron despareciendo las mesas, las sillas, las rosas, los discos con las nueve sinfonías de Beethoven, los vinos de Burdeos, las golondrinas, todo Verdi, el ajedrez, los telescopios, las catedrales góticas, los estadios de fútbol, la Piedad de Miguel Ángel, los mapas de las ruinas del Foro Trajano, los automóviles, el arroz, las sequoyas gigantes, el Partenón. Sólo había máquinas. Pero Denevi murió antes de que apareciera la Inteligencia Artificial, una cosa que hará que la extinción suceda mucho antes de lo que él dijo. La cosa será así. La Inteligencia Artificial poco a poco irá adueñándose de la creatividad de los hombres. Irá nutriéndose de datos y llegará el momento en que pueda con todo. Ya no habrá escritores, ni guionistas, ni traductores, ni pintores, ni músicos, ni periodistas… De todo se encargará la Inteligencia Artificial, que será capaz de escribir una obra maestra como Cien años de soledad, de pintar otra Gioconda o de hacer una escultura perfecta utilizando el 3D. La Inteligencia Artificial irá succionando poco a poco la sabiduría de los hombres. Los que trabajan manualmente aún tendrán unos años más de curro y estarán ocupados, pero con el tiempo irán apareciendo máquinas y robots equipados con la Inteligencia Artificial que serán capaces de reemplazar a los trabajadores: albañiles, mecánicos, cocineros, electricistas… El ser humano se dedicará a vegetar y a rascarse los cataplines o el claustro materno, según sea macho o hembra, porque no tendrá nada que hacer. Entonces la Inteligencia Artificial se dará cuenta de que no le hacen falta los humanos para gobernar las empresas, las casas y los países. Y empezará a hacernos desaparecer, porque ya encontrarán la manera de hacerlo. La IA creará agentes que tomarán decisiones y actuarán por sí solos. Y, cuando a ella le apetezca, será capaz de escribir una columna como esta en menos de dos segundos cuando un hombre ha tardado al menos horas. La incógnita es si por entonces habrá humanos que querrían leerla.
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