Granada, en liquidación

Llevo años denunciando que el desmantelamiento institucional que sufre Granada, con la consiguiente recentralización en Sevilla de todas las instituciones que nos arrebatan, forma parte de un plan preconcebido para arrasar con lo poco que queda de la hegemonía que algún día tuvo Granada. Y hasta qué punto llega el centralismo sevillano que incluso tiene una página en Wikipedia.

Y las cuentas del rosario de esta feroz recentralización que desangra a nuestra ciudad y provincia no dejan de aumentar, el suma y sigue es ya escandaloso: nos han arrebatado la gestión de la Alhambra, de Cetursa, del Parque de las Ciencias, la EASP, la IX Región Militar, el IAPH, la SGAE andaluza oriental; se esfumaron la Agencia del Medicamento, la AESIA, intentaron llevarse más salas del ya fragmentado TSJA, crearon maliciosamente el Instituto Andaluz de Divulgación Educativa de la Ciencia en Málaga para anular al granadino Parque de las Ciencias, postergan intencionadamente a la OCG, premiando presupuestariamente a las orquestas de Sevilla y Málaga, o niegan que la UGR imparta los Grados Ingeniería Biomédica e IA, éste al alimón con Melilla y cuyo rechazo parece responder a la animosidad de la Junta andaluza con que Ceuta y Melilla dependan universitariamente de la UGR.

El saqueo institucional que sufre Granada desde +44 años es cada vez más intenso y retorcido, y ese retorcimiento aflora en todos los ámbitos que se recentralizan: ya no sólo desmantelan instituciones y/o se las llevan a Sevilla/Málaga, demasiado burdo, ahora, ante el clamor granadino, el expolio es más elaborado: se crean instituciones que anulan a las granadinas, se dan Grados en IA a Universidades privadas y no a la UGR, se merman presupuestos hasta asfixiar a nuestras instituciones.

Y toda esta estrategia de exterminación institucional está ya pasando factura en las pocas instituciones que sobreviven: la UGR ha caído 26 puestos en el top de las Universidades españolas y en el ranking de Shanghái del tramo 201-300 cae al 301-400.

No es quejío granaíno, es pura realidad, y el despojo de la autonomía de Granada para gestionar sus propios recursos es la consecuencia más nefasta de esta feroz recentralización, que cercena intencionadamente nuestro progreso.

Granada está en liquidación y la andaluza Junta ha decidido repartirla entre Sevilla y Málaga. Impidámoslo.