Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

La grotesca legislatura de Puigdemont

El Rey Felipe VI, con su medido discurso en pro de la unidad de la Nación y el respeto a la Constitución, abrió la XV legislatura donde repite Pedro Sánchez al frente de un nuevo gobierno de coalición, dependiente de las exigencias que ha firmado con socios en cuya esencia figura pisotear la Constitución, desgajar la nación y, de paso, sellar un trato preferente y desigual con otras regiones españolas. De los pactos con los separatistas catalanes sólo conocemos la letra grande de los mismos, entre ellos la amnistía, ampliando los pasos anteriores de los indultos, la eliminación del Código Penal de delitos como la sedición o malversación, previos a cuestiones más lesivas aún como un referéndum de autodeterminación. Queda la letra pequeña que hoy empezará a negociarse con Puigdemont en Suiza, bajo la supervisión humillante de un verificador internacional –“de reconocido prestigio”–, como si el acuerdo fuese entre dos países soberanos y no simplemente de los siete votos que un presidente sin escrúpulos necesitaba para lograr su investidura. Hoy, empezará esa humillante rendición de cuentas, tan vergonzosa que se llevará en secreto.

El prófugo de Waterloo sabe jugar muy bien sus cartas, sobre todo las que puedan humillar no sólo al presidente de un Gobierno español, sino a la nación detestada. Por si fuera poco, el delincuente que ha redactado su propia ley de amnistía, hace públicos sus chantajes, advirtiéndole a don Pedro que, si no cumple lo firmado, lo sacará cuando le plazca de La Moncloa. Por eso insisto en la grotesca investidura de Puigdemont, porque aunque sobre el papel sea Sánchez el investido, quiere dejar muy claro el supremacista que será él quien decida, no ya las líneas básicas de la legislatura, sino el futuro de la nación odiada.

No se han cansado de repetir Sánchez y sus ministros que todo se hará con transparencia, repitiendo los engaños de quien negaba la constitucionalidad de una amnistía que jamás llevaría a cabo. A ver como disipan la tenebrosa oscuridad de esta rendición de cuentas que hoy empieza en Suiza.

En mi extensa trayectoria como comentarista no he conocido responsables políticos democráticos capaces de llegar a permitir estas humillaciones a la Nación ni a ellos mismos. Resulta llamativo que Sánchez dependa de socios como ERC, Junts, Bildu, incluso PNV que justifican sus ausencias de su lugar de trabajo –las Cortes– cuando la preside el jefe del Estado, con un comunicado contra la propia institución monárquica, vigente en nuestra Constitución, a la que deben obediencia.

Será difícil soportar esa vergüenza nacional y estos cínicos engaños permanentes, agravados ahora por un delincuente que pretende decidir el futuro de la nación de todos.

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