la clave

Jaime Vázquez / Allegue

La guerra de los mundos

31 de octubre 2011 - 01:00

EL genial Orson Welles se hizo famoso en el año 1938 por la adaptación radiofónica de La guerra de los mundos, una novela de ciencia ficción que había escrito cuarenta años antes Herbert George Wells -de apellido parecido al de Orson Wells pero sin parentesco entre ellos-.

La historia de la comunicación audiovisual considera el trabajo de Welles como una de las primeras y mejores adaptaciones llevadas al mundo audiovisual. Con la maestría que le caracterizaba, Orson Welles relató los hechos que se describen en la novela en forma de noticias radiofónicas el 30 de octubre de 1938 en el Teatro Mercurio ante un micrófono de la CBS. Con arte y genio, Welles daba cuenta de la llegada de naves marcianas a la tierra que derrotaban a las fuerzas norteamericanas con gases venenosos y rayos de calor. A los quince minutos de su emisión -el programa se escuchaba en todo el país- comenzó a cundir el pánico por las poblaciones de Nueva York y Nueva Jersey que se suponían los lugares de los desembarcos extraterrestres. Las comisarías de policía y los medios de comunicación se vieron colapsados con las llamadas de la gente aterrorizada. Aquel hecho demostró el poder que ejercían los medios de comunicación sobre la población.

A los pocos días, la emisora CBS y el propio Orson Welles tuvieron que disculparse ante todos los ciudadanos norteamericanos por lo que consideraron había sido la broma de Halloween de ese año. Desde entonces, la fiesta de marras, de origen celta relacionada con el fuego y la brujería; de tradición romana, relacionada con las calabazas y las frutas del campo; cristianizada como el Día de Todos los Santos en el siglo VIII, ha ido creciendo en popularidad hasta implantarse como ritual macabro presente en prácticamente todo el mundo.

Sin embargo -como suele suceder en una buena parte de las fiestas del calendario- el carácter religioso no desaparece por mucho que pretendan otorgarle el barniz de la laicidad ritual. Halloween está vinculada a la fiesta religiosa de los santos, como el carnaval lo está a la cuaresma. Y es que la sociedad necesita estos equilibrios para poder sobrevivir. De ahí la elección: truco o trato. El truco de la maldición y el pánico o el trato del pacto con los espíritus de los muertos.

Sin pretenderlo, Orson Welles con su guerra de los mundos consolidó la fiesta de Halloween en el calendario mundial. Hoy casi nadie pasa indiferente ante este carnaval macabro. Y los que más y mejor lo viven bajo sus disfraces son algunos políticos con sus trucos y con sus tratos.

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