Habitaciones para estudiantes

El enorme incremento en el precio de las viviendas de alquiler está siendo ya una barrera infranqueable para estudiantes de Universidad que estudian en ciudades diferentes a las de su residencia habitual.

Precios disparatados por compartir habitación en pisos, que en muchas ocasiones no tienen las condiciones adecuadas para una vida digna, nos describen un panorama descorazonador al afectar, ahora también, el acceso a la educación universitaria.

El problema de la vivienda es quizá el principal asunto que preocupa a las personas más jóvenes de la sociedad; dado que una de las causas fundamentales del encarecimiento se refiere al impacto de los pisos turísticos, considero imprescindible que los poderes públicos actúen con medidas eficaces ya que se va a convertir en una nueva fuente de desafección de la juventud hacia la política.

Si aceptamos que las proliferación de viviendas turísticas es una de las principales razones de este problema de acceso a la vivienda al encarecer el mercado de manera imparable, entonces hay que aceptar el fracaso de las políticas de vivienda. Este asunto es, por tanto, un asunto capital.

Nuestro ordenamiento jurídico condiciona que sean la Comunidades y los Ayuntamientos quienes concreten las medidas para poner coto a los pisos turísticos y es evidente que (en general) no lo están haciendo. Esto merece un reproche y un replanteamiento de las políticas de vivienda.

Estas enormes dificultades para los estudiantes y en general para las personas jóvenes en su aspiración a poder acceder a la vivienda, son la base de un malestar creciente del que se aprovechan populistas antisistema. Y la democracia debe defenderse cada día con políticas eficaces que hagan posible los derechos. El acceso a la vivienda es un asunto capital.

Ahora, con el hecho de que este problema sea además una barrera para el acceso a la enseñanza universitaria, el asunto es de mayor relevancia si cabe. Es urgente cambiar el rumbo de la política de vivienda en España.