Hogares sin luz

Resulta frecuente encontrar informaciones reiteradas en los medios de comunicación relativas a los cortes de luz en barrios humildes de Sevilla, Granada y otras ciudades, cuyo origen se achaca por parte de las autoridades a la existencia de narcopisos con plantaciones de marihuana cuyo consumo equivale a 80 o 100 viviendas.

Soy consciente de la dificultad que acarrea la lucha institucional frente a este tipo de actividades ilícitas porque influyen factores de diversa índole en la proliferación de estos narcopisos. Pero ello no justifica que el problema de falta de electricidad sea una realidad reiterada a lo largo de los últimos años.

Es inaceptable constatar que en pleno siglo XXI, en estos barrios humildes de nuestras ciudades, haya miles de familias que no pueden tener asegurado el suministro eléctrico que es el que permite llevar una vida digna y segura.

Cuesta imaginar el día a día en nuestro hogar sin poder asegurar conectar calefacción en invierno, o aire acondicionado o un simple ventilador en verano. No tener garantías de conservación de alimentos en nuestro frigorífico o no poder cocinar en las placas de nuestra cocina, son situaciones que afectan a la vida cotidiana de manera importante.

Y si pensamos en cómo ese tipo de situaciones afectan a la vida de la infancia o de personas mayores, personas enfermas o personas dependientes, la preocupación y la indignación que ello nos puede generar, supera todo lo imaginable.

En los más jóvenes, no tener garantías de poder disponer de la iluminación para estudiar y hacer los deberes escolares o del instituto, es otra consecuencia a considerar. Todo ocurre en barrios humildes y afecta a gente humilde, contribuyendo a que la desigualdad que sufren sea aún de mayor intensidad.

Es un asunto del que no debemos desentendernos porque afecta a la dignidad de nuestros convecinos y que, por tanto, debe solucionarse de manera inmediata y definitiva. No es aceptable que estos niveles de desigualdad convivan en nuestras ciudades por más tiempo. Si esto ocurriera en barrios de mayor nivel social, cabe preguntarse si no se habría solucionado ya.