El lector de paredes

En las pintadas hechas en muros y fachadas de casas he encontrado verdaderos pensamientos

Soy lector de libros, de prospectos de medicamentos y de paredes. En las pintadas hechas en muros y fachadas de casas he encontrado verdaderos pensamientos que he ido escribiendo en una libreta que tengo solo y exclusivamente para ellos. Así que me he hecho un coleccionista de pintadas. La última que mereció ir a mi libreta particular la encontré hace unos días en una calle que tiene confluencia en la plaza Mariana Pineda. Decía: "¿Alguien ha follado con la mascarilla puesta?". Y debajo: "Póntela, pónsela". En una pared al lado del Conservatorio que hay cerca de donde vivo, donde practican los noveles, alguien puso: "La música nos mata". Y en una pared de Buenos Aires encontré este bonito pensamiento: "Si te he visto no me acuerdo, si te desvisto, no me olvido". Y junto a una máquina de condones alguien había escrito: "Estos chicles son una mierda". Al lado de Puente Verde, por donde pasa el Genil, hubo durante un tiempo una pintada que decía: "Si el río suena, es que un músico se está ahogando". En Ciudad de México, cuando fui hace dos o tres años, alguien había escrito: "Todos prometen y nadie cumple. Vote a nadie". Y al lado del Mercadona que hay en mi barrio una persona había escrito con una caligrafía estupenda: "Yo tampoco sé vivir, estoy aprendiendo". Un enamorado escribió en la ciudad mejicana de Mérida lo siguiente: "Esta es la última vez que te quiero, que lo sepas". Eduardo Galeano encontró una en la ciudad uruguaya de Melo que decía: "Ayude a la policía, tortúrese". En un polígono industrial de Sevilla alguien había puesto: "Se pintan casas a domicilio". Y debajo ponía un número de teléfono. No me acuerdo donde vi una pintada que decía: "La droga produce amnesia y otras cosas que no recuerdo". Y un 'pie negro', junto a su vaso de plástico, había puesto un letrero que decía: "Sí estás intentando dejar la droga, déjala aquí". Junto a una taberna de Jerez vi: "Bienaventurados los borrachos porque ellos verán dos veces a Dios". En la época de eclosión de inmigrantes para los invernaderos, Almería se llenó de pintadas que decían: "Moros no, rusas sí". Y durante la Transición, se hizo famosa aquella pintada que decía "Matemos al cerdo de Carrillo". Debajo alguien puso: "Ten cuidado Carrillo, que te quieren matar al cerdo". Y para finalizar una de carácter escatológico que leí hace años en el metro de Madrid: "300.000 millones de moscas no pueden equivocarse, comamos mierda". Y en eso estamos.

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