La memoria selectiva

El 95% de los crímenes de ETA fueron cometidos cuando España ya era un país con un régimen democrático

La polémica de la campaña por los candidatos de Bildu con pasado etarra no tiene nada que ver con los ayuntamientos andaluces y con otras autonomías, excepto el País Vasco. Eso es verdad. Y sería ilegal (además de antidemocrático) prohibir un partido político, aunque sea Bildu, como pide Ayuso. Pero está bien que haya surgido la polémica, porque ha servido para demostrar que la llamada memoria democrática es un invento interesado del PSOE sanchista (antes zapaterista) y la izquierda extrema para atribuirse una superioridad moral. Sin embargo, no hay memoria democrática en este país, sino memoria selectiva. Recuerdan lo que les interesa recordar. Y se olvidan de lo que les interesa olvidar.

ETA dejó de asesinar en 2011, cuando anunció el cese definitivo de “la actividad armada”. Pero anunció la disolución de todas sus estructuras el 3 de mayo de 2018. Es decir, sólo han pasado cinco años desde que no existe ETA, según dijo ETA. Sus ideas (en lo político) fueron asumidas por EH Bildu. Es uno de los partidos que apoyan al Gobierno de Pedro Sánchez. Desde que ETA empezó a asesinar en 1968, ha asumido la autoría de 2.604 atentados, con 758 muertos. No obstante, el Ministerio del Interior les atribuye 829 muertos. Todavía quedan 307 asesinatos de ETA sin resolver, cuyos autores no han pagado sus crímenes. ETA cometió 43 asesinatos (sólo un 5% del total) cuando vivía Franco. Es decir, el 95% de los crímenes de ETA fueron cometidos cuando España ya era un país con régimen democrático.

¿Por qué es más importante la memoria democrática de la Guerra Civil que la de los crímenes de ETA? Si se utiliza políticamente una guerra civil y una dictadura que terminó hace más de 47 años, no tiene sentido que se pida olvido y perdón para unos terroristas que dejaron de matar en la década pasada. Tras la dictadura, hubo una amnistía para los presos políticos, volvieron los exiliados, fueron legalizados los partidos comunistas y todas las ideologías extremas, y España se integró en Europa como una democracia. Mientras eso ocurría, ETA se dedicaba a asesinar.

Pactar con sus herederos de Bildu es inmoral. Al sanchismo le gusta poner líneas rojas para los demás, mientras ellos pactan con antisistemas, independentistas condenados y sucesores de etarras. La memoria selectiva les sirve para eso: para pasear a muertos del siglo pasado en el Valle de los Caídos y olvidar a los más recientes.

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