El mercadillo

Puede que por la cercanía de la elecciones el Ayuntamiento ha puesto fecha al traslado del mercadillo del Zaidín

Creo que la primera persona que me dijo que tenía que haber elecciones municipales cada año fue mi hermana, sabia ella. Es cierto que cuando se acerca eso de las urnas, todos los dirigentes se vuelven superactivos anunciando acciones o prometiendo que si ganan harán aquello y lo de más allá. A tales anuncios y proclamas, los ciudadanos y ciudadanas, digamos que la gente, también sabia, suele esbozar sonrisas o carcajadas, como la que tuvo que oír el ministro ruso de exteriores cuando dijo que Ucrania es la agresora. Pues, eso, que somos unos descreídos.

Tan descreídos como los vecinos de las calles Torre de la Pólvora y Carmen de Burgos que llevan soportando las incomodidades del mercadillo del Zaidín durante catorce años, y eso que se dijo era una ubicación provisional. Puede que sea por la cercanía a las elecciones municipales que el Ayuntamiento de la muy noble y leal ciudad de Granada ya le ha puesto fecha al traslado a una nueva ubicación del 'mercaillo' del "leuro", el "to barato", "to de marca", "aprovéchate, aprovéchate" y demás maravillosos anuncios que a grito 'pelao' o con megafonía anuncian los mercaderes que allí se asientan los sábados, cincuenta y uno o cincuenta y dos al año, salvo cuando diluvia que son poquitas veces.

Vivo yo a unos trescientos metros de la susodicha ubicación y, por tanto, tengo la suerte de poder disfrutar de las ventajas de semejantes ofertas sin tener que sufrir sus incomodidades. Esas de las que los vecinos se verán libres a partir de la fecha anunciada. A la nueva ubicación se ha llegado tras tantos años de espera y se dice que todo será una maravilla, que no molestará a nadie y que todo son parabienes; eso se decía hace semanas cuando se anunció su colocación en la calle Baden Powell, aunque ya empieza a oírse algunas voces discrepantes. En todo caso, si al final la cosa no va bien, espero que no tarden otros doce años en buscar arreglo. Bueno en otros cuatro hay otras municipales.

Sea aquí o allí, lo que yo me pregunto es cuánto le cuesta al Ayuntamiento tener que limpiar cada sábado la enorme cantidad de basura (papeles, bolsas y demás excrecencias humanas y de mercadería) que quedan en el paisaje urbano del mercadillo tras cada jornada. Resulta irónico que te planten contenedores de reciclaje en un extremo del mercado y al acabar el "to barato", yo juraría que queda más mierda que la que se recoge. Será que soy muy descreído. Vale.

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