Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

¿Uno o dos millones?

El futuro de España quedarán a merced de los caprichos de un hombre, los restantes millones de españoles nada importan...

El martes comenzaron las vacaciones para muchos millones de españoles, que seguro desean desconectar de toda la matraca electoral que hemos padecido en los últimos meses, mientras, otros tantos millones vuelven tras su merecido descanso. Lo curioso es que, tras el 23J, más de 16 millones de esos españoles han dado su confianza a Feijóo o a Sánchez, pero la voluntad de todos esos votantes nada importa, lo único que finalmente va a importar es la voluntad de un solo hombre, la del fugado Puigdemont. ¿Es esto democracia?

Nada hay más lejos ahora que un acuerdo de gobierno entre PP y PSOE, pero que sea un prófugo de la justicia española quien vaya a decidir el Gobierno de España es demasiado…

Ni España ni los españoles nos merecemos esta diabólica situación política, ni que nuestro país, un gran país, esté a merced de los antojos de un enemigo declarado de España, que declaró la independencia de Cataluña para luego fugarse en un maletero a Waterloo.

Ni inconstitucional referéndum de autodeterminación, ni amnistía, que son sus peticiones más inmediatas; estas disparatadas demandas, que seguro conseguirá de alguna forma, serán sólo la punta del iceberg de un sibilino rosario de exigencias dirigidas al desmantelamiento del Estado español en Cataluña.

Al igual que el PP debe procurar que todos los votantes a la derecha del PSOE se sientan cómodos, el PSOE debe proporcionarle comodidad también a sus votantes a la izquierda del PP, pero no a los de Bildu, ER, PNV o Junts, cuyas ideologías, por cierto, van desde la izquierda más radical hasta la ultra derecha más retrógrada, y que encima, para algunos de ellos, estas elecciones han supuesto una auténtica debacle electoral.

Los políticos electos nunca deberían olvidar el compromiso con sus votantes, por eso urge modificar la Ley D’hont para imponer las listas abiertas y la igualdad en el valor del voto para todos los españoles, para todos los territorios y para todas las formaciones políticas.

Pero en España no se espera esa esencial modificación que haría nuestra democracia más plena, se opta porque Puigdemont decida, y, tras los 137 escaños del PP, quien llama mentiroso a Sánchez, deberá darle el sí.

Puigdemont, tras 6 años fugado, se hace imprescindible para Sánchez. Pero el futuro presidente del gobierno nunca debería olvidar que va a ser presidente de todos los españoles. Frente a esa utopía, la realidad es que el futuro de España va a quedar a merced de los caprichos de un solo hombre, los restantes millones de españoles nada importan…

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