Tribuna

Lola Ortega Reyes

Presidenta de la Asociación Árboles contra el Cambio Climático en Granada

Cuando el monte se quema

Parece que a las administraciones no les gusta que una ONG haga su trabajo

Efectivos del Infoca en el incendio del Llano de la Perdiz.

Efectivos del Infoca en el incendio del Llano de la Perdiz. / Jesús Jiménez / Photographerssports

CUANDO el monte se quema, algo tuyo se quema” decía el  eslogan de una campaña contra los incendios forestales de hace décadas. Cuando el sábado  31 de julio una zona de la Dehesa del Generalife, subiendo al Llano de la Perdiz, se quemó, algo nuestro, de todos los miembros y simpatizantes de Arboles contra el cambio climático en Granada, se quemó.  Porque lo que se calcinó ese día eran nuestros árboles, nuestras encinas, lentiscos, madroños, gayombas…, que habíamos  plantado, cuidado y regado durante los últimos tres años, como si de nuestros hijos se trataran.

Sí, era nuestro lo que se ha quemado (2,5 hectáreas y más de 1.000 árboles), aunque el terreno pertenezca al Patronato de la Alhambra, porque le hemos dedicado trabajo, esfuerzo, ilusión,  ganas. Eran nuestros árboles porque los hemos criado solos, sin ayuda, luchando contra todas las trabas que las administraciones responsables nos ha ido poniendo en estos años. Trabas para plantar, cuidar, regar, para tener agua. Permisos y papeles que, incomprensiblemente, tardan meses en resolverse, si es que lo hacen. Aún estamos esperando el permiso de la Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible de Granada para colocar una pequeña instalación de riego, cuyo proyecto presentamos en mayo y que, seguramente, se resolverá en otoño o invierno, cuando ya sea innecesaria.  Y también estamos esperando que nos den permiso para tomar agua del río Genil para poder regar, ya que el agua del Darro que irriga la Alhambra  no la podemos usar en ese terreno. Al igual que la anterior, llegará cuando ya no sea necesaria. Porque, ahora, al contrario de lo que ocurría hasta hace 40 años, si no se riegan las plantas durante los dos o tres primeros veranos (cada vez más largos, secos y calurosos) se mueren.

Pero, además de nuestros, estos árboles ahora calcinados eran de todos los granadinos, de los que suben al Periurbano a pasear, correr o montar en bicicleta y de los que se quedan en la ciudad, porque iban a ser un nuevo pulmón para Granada. Producirían oxígeno, retirarían contaminantes, refrescarían el ambiente, serían el hogar de muchas aves y otros organismos, aumentaría la biodiversidad. Muchos beneficios que parecen ignorar las autoridades municipales que jamás han movido un dedo para ayudar.

El sábado, doce voluntarios estuvimos regando desde las ocho de la mañana hasta la una de la tarde, con un tractor y una cuba con 12.000 litros de agua, como hacemos cada dos semanas desde finales de junio. Con calor y mucho esfuerzo. Y uno o varios pirómanos estaban esperando a que nos fuéramos para prender fuego. Sí, no fue un incendio fortuito, le metieron fuego con la intención de quemar nuestras plantas, nuestros árboles. ¿Por qué? Es difícil de contestar. ¿Una persona con mala fe, deseosa de hacer daño?, ¿O quizás perturbada mentalmente? ¿O hay intereses en algunas de las Administraciones responsables de su gestión para que allí no crezca nada? El Parque Periurbano Dehesa del Generalife es un parque Natural, ¿existen intereses económicos de particulares que piensan en futuras inversiones?

Desde su formación en 1995, el Parque Periurbano ha sufrido varios incendios (2005, 2007, 2008, 2017) y algunos muy importantes como el que quemó 40 hectáreas  en la zona de Lancha de Genil.  Solo en algunas laderas  se está recuperando la vegetación lentamente, en las laderas Sur únicamente crece el esparto y alguna retama, estando en muchas zonas el suelo desnudo expuesto a la erosión y la desertificación. Nuestra Asociación intenta, dentro de sus posibilidades, revertir el efecto de los incendios plantando árboles y arbustos autóctonos, cuidándolos y regándolos durante, al menos, los dos primeros años. Parece que a las Administraciones no les gusta que una ONG haga el trabajo que ellos deberían realizar y nos dificultan las cosas o nos invisibilizan. No he visto u oído ningún comunicado de la Delegación de Desarrollo Sostenible o del Patronato de la Alhambra donde se diga que la zona quemada se estaba reforestando.

Pero no solo ha ardido esta zona, el 16 de julio, tras varios intentos fallidos, unos pirómanos quemaron el barranco de San Jerónimo, un enclave de alto valor por sus quejigos y encinas centenarios. En los últimos meses nuestra Asociación había realizado tareas de reforestación y también había retirado más de trescientos cincuenta neumáticos usados, arrojados allí por un desalmado hace años.

Da la impresión de que las  autoridades y ciudadanos ven como algo normal y asumible que los espacios alrededor de Granada ardan, que los árboles desaparezcan, que no se repueble y sea la desertificación la que vaya ganando terreno poco a poco a nuestro alrededor. Pero no podemos vivir solo de asfalto, cemento y tecnología. La naturaleza es nuestro hogar, la que nos aporta todo lo que necesitamos para vivir, si la destruimos, nos estamos destruyendo a nosotros mismos.

Debido al Calentamiento Global y al Cambio Climático, ahora más que nunca, necesitamos los árboles y un entorno natural de calidad. Y necesitamos que las autoridades locales y regionales se impliquen, como exige la Unión Europea. Y también que la  ciudanía exija, denuncie, presione a las autoridades para que protejan y mantengan nuestro patrimonio natural, como sucede en otros países europeos. Pero, para ello, haría falta una educación y conciencia ambiental de la que muchos ciudadanos y gobernantes de esta ciudad,  me temo, carecen.

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