La Rayuela
Lola Quero
Papá, ¿quién era Franco?
Al menos no en Granada, según se desprende de la decisión del gobierno municipal de Marifrán Carazo de cerrar el actual Centro de Alta Tolerancia, ubicado en el centro de la ciudad y con capacidad para acoger a 26 personas sin hogar. La propuesta por parte del Ayuntamiento de trasladar este recurso al antiguo Comedor Social Rodrigo de Triana, en el Distrito Norte, ha sido calificada por la organización ‘La calle mata’, como “una bomba de humo que perpetúa la precariedad y dificulta aún más la vida de quienes se encuentran en situación de exclusión social”.
Las personas sin hogar representan la cara más severa de los procesos de exclusión social. Personas que son privadas del acceso a un trabajo, a una vivienda y a los recursos económicos necesarios para su sustento. Personas que se enfrentan a la soledad, a la ruptura de sus vínculos sociales y familiares y, en consecuencia, a la pérdida de la verdadera red social imprescindible para la vida. La ausencia de un hogar o la imposibilidad de mantenerlo impiden el desarrollo de una vida digna y solo lugares como ese centro de la calle Arandas, en pleno centro de la ciudad, alivian mínimamente tan negro panorama.
Las películas de Hollywood suelen representar la Navidad como ese tiempo mágico, en el que la bondad aflora por doquier y las buenas gentes de la ciudad acogen en sus casas a los más desfavorecidos. En nuestro país el genial Luis García Berlanga nos enseñó, en su maravillosa Plácido, como la gente bien sentaba un pobre a su mesa por Nochebuena. Pues en Granada parece que va a ser todo lo contrario y Marifrán no quiere que los pobres de la ciudad, con sus carritos llenos de cosas varias y sus ropajes de aquella manera, le desluzcan las luces de Puerta Real, la milla de oro de los hoteles de cinco estrellas y el tardeo VIP de Navas y Ganivet.
Echar a los pobres de Granada al Distrito Norte, ya afectado por altos niveles de pobreza, como pretende la alcaldesa, refuerza un modelo de ciudad fragmentada, donde cada barrio se especializa en precariedad, turismo o servicios específicos. Con esta estrategia, la alcaldesa estigmatiza la zona norte, fomenta la desigualdad y contradice el objetivo de construir una ciudad inclusiva. En una ciudad con alrededor de 300 personas sin hogar, la apertura de un único albergue en esa nueva ubicación, no sólo es insuficiente, sino que condena a esta población a la invisibilización y al abandono... Así que ya lo saben, la Navidad en Granada del PP no es para los pobres.
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