Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Merece la pena?
Es una historia poco conocida, por eso creo que debo contarla. Por eso y porque quién me la traspasa es un viejo colega que se está quedando sin memoria. Se trata de un novio granadino que tuvo la recién fallecida y ya añorada Carmen Sevilla. La historia arranca cuando la actriz viene a rodar a Granada la película Violetas imperiales junto a Luis Mariano. Ella hace de la gitana del Sacromonte que le lee la mano a Eugenia de Montijo y le pronostica que llegará a tener una corona en su cabeza. En un entreacto del rodaje le dicen a la actriz que quiere entrevistarla un periodista. Se trata de Daniel Saucedo, del diario Patria. Ella acepta. El encuentro se lleva a cabo en el Partal. Daniel es alto, atractivo, con un bigotito a lo Errol Flynn. Cuando horas después éste llega al periódico y escribe la entrevista, les dice a sus compañeros que se va pronto porque ha quedado con Carmen Sevilla. Como Daniel, además, es bromista y tira de humor, nadie en la redacción le cree. Todos piensan que es otra más de sus bromas. Al otro día igual, dice que se va antes porque ha quedado con Carmen Sevilla. Así varios días, hasta que esa coletilla de “he quedado con Carmen Sevilla” la llegan a aplicar en plan excusa baratas todos aquellos que se van pronto de la redacción por algún motivo.
Pasa el tiempo. Daniel muere muy joven y Carmen Sevilla se casa con Augusto Algueró. Años después va José Luis Kastiyo (este es el nombre del viejo colega, notario de la historia) a una recepción a Madrid con gente del cine y se encuentra con Carmen Sevilla. Al enterarse la actriz de que Kastiyo trabajaba en Patria, le pregunta muy interesada por Daniel Saucedo. Kastiyo le informa de que había muerto y, tras un breve y espeso silencio, la actriz lo toma del brazo y, en plan confidencia, le dice: “¿Sabes que Daniel y yo fuimos novios?” Kastiyo se queda de piedra. Nunca pudo imaginar que aquello de “he quedado con Carmen Sevilla” fuera verdad. La actriz le cuenta que se habían enamorado en Granada y que Daniel le había enseñado todos los rincones de la ciudad, pero que ella supo que la relación entre ambos nunca iría para adelante porque el periodista granadino era muy celoso y le había exigido que dejara el cine. Ella era una naciente estrella y por encima del amor por Daniel estuvo su amor por el cine. Y fin de la historia.
También te puede interesar
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Merece la pena?
Bloguero de arrabal
Pablo Alcázar
Ultraoceánicos
El salón de los espejos
Stella Benot
La Transición andaluza
La ciudad y los días
Carlos Colón
La camarera, el estanquero y la Navidad
Lo último