Cambia, todo cambia

El paisaje tras la batalla

Podríamos contabilizar más de 100.000 hectáreas de energías renovables con especial incidencia en la zona norte

En todo el mundo se están incrementando las movilizaciones que tratan de resistir a los impactos de la nueva economía verde. Los intentos de sustitución del petróleo y otros combustibles fósiles por energías renovables y la electrificación del transporte, suponen la ocupación (y privatización) intensiva de tierras y el incremento de la extracción de minerales escasos que son necesarios para construir los motores, las baterías, las líneas de distribución, los generadores eólicos y las placas solares.

Como lleva ocurriendo desde hace décadas (o siglos) a Granada y a otras zonas de la periferia Europea, al igual que al resto del Sur Global, se les ha asignado el papel de territorios de sacrificio. Ahora que se agotan los combustibles fósiles las élites mundiales que no quieren reducir su consumo exacerbado demandan enormes superficies para producir energía renovable.

Para Red Eléctrica Española la mayoría del suelo de Granada es improductivo, así que están construyendo dos líneas de alta tensión que favorecerían el llenado de nuestros territorios con generadores eólicos y placas solares. Red Eléctrica Española prevee una inversión inicial en renovables de 2600 millones de euros con los que se podrían instalar 1000 molinos eólicos que ocuparían unas 30000 hectáreas (superficie similar a la Vega de Granada) o más de 10 parques solares como el que se quiere construir junto al polígono industrial de Escúzar que ocuparía 1000 hectáreas de cultivos de secano.

Sumando estas superficies a las ya instaladas, y a las que vendrían después de que se terminen las líneas de alta tensión, podríamos contabilizar más de 100.000 hectáreas de energías renovables en Granada, con especial incidencia en la zona norte. La escala y los impactos dejarían un paisaje desolador en territorios de alto valor ambiental, agrario y cultural como los nuestros. Nadie duda de que sea positivo producir energías renovables, pero debemos fijarnos objetivos de autosuficiencia y definir muy cuidadosamente las zonas a ocupar, evitando la cara e impactante construcción de líneas de alta tensión que no son necesarias si la energía se va a consumir aquí y no en lugares lejanos.

Los países ricos pretenden mantener su consumo energético a costa del expolio de amplias superficies de territorios que deben ser sacrificados para que una minoría cada vez más reducida siga viviendo en el espejismo de la energía barata. La termodinámica deja claro que las energías renovables no podrán sustituir toda la producción procedente de los combustibles fósiles, por lo que debemos dedicar nuestros esfuerzos a la reducción de la demanda y a la autosuficiencia local ya que la oferta será cada vez más limitada.

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