Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

La patronal Podemos

Deja claro este irse al paro tan curativo cuál es la esencia de los partidos: meras maquinarias de dar empleo

El ERTE de la empresa Podemos suena casi a oxímoron. Todo un partido que se reivindicó de izquierdas, con tintes revolucionarios en sus inicios ilusionantes de cuando aspiraban aún a articular política e institucionalmente el malestar derivado de la primera crisis, la de los pisos en ejecución de hipoteca y los millones regalados impunemente a los bancos, acaba en despido de la patronal y cierre de delegaciones. Toda aquella efervescencia social y humana concluye ahora con este irse al paro masivo del que no se va a salvar ni el Tato, preludio del cierre definitivo que ya se ve en el horizonte una vez que los líderes que inventaron el asunto ya amortizaron de sobra el asunto.

Si no fuera por las retóricas marxistas que se gastaban estos chicos bien podría hablarse de negocio que cierra. El comportamiento de los directivos no ha sido precisamente ejemplar no tanto por la ética como por la estética. Llegaron para barrer la desfachatez de los políticos y acabaron imitando lo peorcito de aquello que criticaron de la famosa casta en la que se han convertido después de pasar por tantos cargos de los que les quedarán suculentas indemnizaciones o sueldos vitalicios.

Resulta aún más llamativo en todo este desagradable asunto que la puntilla al invento se la diera precisamente una señora de izquierdas. Y que el veto más sonado haya sido a la más fanática de todas, aquella Irene victoriosa aupada por trans y el feminismo hipersubvencionado, hoy cadáver político que ni por un asomo lejano de dignidad es capaz de desaparecer del todo. Acosada por los de enfrente de siempre pero ya aún más por los suyos, su desaparición y la de algunas otras figuras de ese invento morado ha sido recibida por el respetable con una respiración profunda de alivio y cierto sabor a justicia política que el tiempo ha ejecutado con sabiduría.

Quedaba despedir al personal. Deja claro con este irse al paro tan curativo ?cuál es la esencia de los partidos. Meras maquinarias de dar empleo. De ahí las pugnas feroces por lograr posicionamientos que aseguren subvenciones y cargos. Muy poco idealismo en este panorama tan garbancero.

Sería deseable que a la desaparición de Podemos le siga toda esa forma de hacer política que se ha dado en llamar ‘populismo’, de cualquier signo, que ha marcado la escena política la última década. No se legisla bien con las emociones, ya se ha visto. El regreso a la razón será más que bienvenido.

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