Un presidente sin credibilidad

01 de julio 2025 - 03:08

Apedro Sánchez ni siquiera le cabe la virtud de la lealtad a los suyos. Es tan visceralmente cobarde, que no solo se refugia en el coche oficial para huir de los abucheos, sino que deja tirado a su hombre de más confianza. Tanta, que lo eligió para negociar con el socio más indeseable para los que quieren a su país: Carlos Puigdemont, que encabeza la lista de los que sienten animadversión y odio a España. Lo ha dicho Santos Cerdán al juez: negoció la amnistía con Puigdemont porque era la manera de que Sánchez pudiera ser investido presidente. Su confesión es todo un ejemplo de cómo actúa el presidente del Gobierno: solo le importa seguir mandando. Lo sabe toda España excepto los sanchistas, pero además de eso le resbala qué ocurra con los más leales al sanchismo: a Santos Cerdán lo ha puesto bajo las patas de los caballos y este lunes ya duerme en la cárcel.

No será el único, porque Cerdán ha señalado a insignes sanchistas, que pueden acabar en prisión también. Todos aquellos que han participado en las operaciones de amaños de obra pública, con las que se llenaron los bolsillos. Y que no vengan ahora con la historia de que no sabían nada. Lo que se sabe ahora puede desencadenar la imputación de nuevos altos cargos del Gobierno central –el ministerio de Transportes era el centro de actuación–, con posibles ramificaciones en el Gobierno de Navarra. Bonito día para meter en prisión al principal hombre de Sánchez en el partido. Bonito día, con medio centenar de jefes de Estado y Gobierno acudiendo en Sevilla a una cumbre de la ONU. Dirigentes que deben estar con los ojos a cuadros con las noticias sobre lo que ocurría en el Gobierno de Sánchez. Aunque, visto lo visto, ninguna fecha es buena para celebrar reuniones en España; no hay día en el que no aparezcan datos que demuestren que el sanchismo está invadido por la corrupción.

Este mismo lunes, también el amigo del “hermanísimo”. Los jueces han determinado que el líder socialista extremeño, Gallardo, hizo trampa para convertirse en aforado, y le mandan de nuevo a que dé explicaciones de sus actos, relacionados con los de David Sánchez, a la jueza Beatriz Biedma. ¿Y Sánchez? Pues Sánchez no sabe nada, está muy tranquilo porque tomó decisiones drásticas cuando tuvo noticia de casos de presunta corrupción en su entorno. Solo le ha faltado decir que se siente orgulloso de sí mismo por la prontitud con que reaccionó. Su credibilidad es nula. Millones de españoles consideran imposible que no supiera nada de la trama corrupta. Trama en la que tenían papel principal aquellos a los que mandó negociar con Puigdemont, PNV y Bildu para que le mantuvieran su apoyo parlamentario.

stats